Pocas cosas se imaginan más sólidas y bajo un control más férreo que una plataforma petrolífera de muchísimas toneladas extrayendo petróleo en el medio del mar. Por eso me ha llamado la atención esta nota de Slashdot, “Offshore drilling rigs vulnerable to hackers“, en la que se comentan varios casos de ataques y de virus en los sistemas informáticos de estas plataformas: en un caso, un trabajador temporal disgustado por no tener contrato indefinido tomó el control de un sistema de comunicación con la costa encargado entre otras cosas de la detección de fugas de petróleo y provocó varios miles de dólares en daños, aunque no fugas. En otros casos, en plataformas del Mar del norte, el ataque de virus ha llegado a provocar daños a trabajadores y pérdidas de producción.
Según el artículo reseñado de Foreign Policy, “The new threat to oil supplies: hackers“, las plataformas petrolíferas están cada vez más manejadas por sistemas robotizados y automatizados, y utilizan sistemas inalámbricos de conexión con la costa. Cada vez más sistemas, tales como el mantenimiento de plataformas flotantes en su lugar o la propia perforación están controlados de manera remota para disminuir la carísima necesidad de destacar personal en la plataforma de manera permanente, lo que provoca vulnerabilidades que podrían intentar ser explotadas por atacantes con muy diversos fines: desde el chantaje a compañías que pueden pagar cuantiosas sumas, a ecologistas intentando elevar los costes de producción o incluso gobiernos intentando competir por el acceso a un petróleo cada vez más escaso, cuando no puro terrorismo indiscriminado o movimientos insurgentes abundantes en muchos de los países productores de petróleo. Según el artículo, las compañías petrolíferas nunca han llegado a considerar prioritario poner un énfasis especial en las medidas de seguridad contra este tipo de ataques, lo que podría supuestamente llegar a permitir apocalípticos escenarios en los que alguien armado con un PC llega a tomar el control de una plataforma o de una red de plataformas y provocar daños importantes o catástrofes ecológicas.
El escenario descrito es puramente hipotético, pero lleva a pensar en un interesante signo de los tiempos: un número cada vez mayor actividades están bajo el control de sistemas informáticos, y todo sistema informático puede ser hackeado dependiendo básicamente de la magnitud del estímulo existente para ello.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.