08 noviembre 2009

Twitter y el efecto recomendación

twittercounter-edansLa gráfica de la izquierda (visión dinámica en TwitterCounter) muestra la evolución de mis seguidores en Twitter a lo largo del último mes: una línea relativamente estable, con un crecimiento suave y sostenido que ha sido así durante muchos meses. Hasta que el día 3 de noviembre se anunció Twitter en español, que incluía una nueva página con una lista de usuarios recomendados entre los cuales estaba yo (la lista es dinámica, solo te ofrece personas que no sigues. Si ya me sigues, no me verás en ella). Desde ese día, el crecimiento se disparó: 2.386 nuevos seguidores el primer día, 828 el segundo, 2.229 el tercero, y 3.014 el cuarto (es decir, ayer). De los nueve mil y pico seguidores que tenía el día 2, he pasado a unos dieciocho mil, y por el momento, sigue subiendo a gran velocidad.

Por el momento, el efecto de tan rápido crecimiento en mi uso de Twitter es más bien escaso: el grueso de los nuevos usuarios son nuevos en la aplicación, tienen por lo general pocos contactos, tienden a hacer clic en mis enlaces mucho menos que los usuarios habituales, y utilizan poco la función de respuesta. Es conveniente saber que mi uso de Twitter en esta temporada es notablemente menos intenso que el que desarrollo normalmente: estoy actualmente en la última fase de escritura de un libro, intento pasar en casa el mayor tiempo posible, y poner en Twitter lo que estoy haciendo sería una sucesión de “Estoy en casa, escribiendo” que no tendría mucho sentido. Por tanto, tiendo a poner en Twitter noticias que leo, cosas que me parecen interesantes o comentarios que me pasan por la cabeza, pero respondo mucho menos a la pregunta de “¿Qué estás haciendo?”. El efecto de este nuevo patrón de uso es muy claro: se incrementa en un factor muy elevado el número de retweets, que puede interpretarse como una medida de relevancia (lógicamente, el que yo haga A o vaya a B carece generalmente de relevancia salvo para mis amigos y conocidos, mientras que el que señale una noticia, un chiste, etc. puede en ocasiones tener una importancia mayor para un colectivo más amplio de personas).

La evolución natural, teniendo en cuenta las sensaciones que provoca Twitter al principio, será que un cierto porcentaje de las nuevas incorporaciones a Twitter simplemente lo utilicen unos días, no encuentren nada que llame especialmente su atención, y lo abandonen. Otros, tras añadir a algunos de los usuarios recomendados, empezarán a seguir a sus amigos y conocidos, momento en el que Twitter comenzará para ellos a dotarse de sentido: mi percepción de Twitter es la de una herramienta completamente bidireccional, que incrementa el grado de proximidad que las personas sienten con aquellos que tienen en su timeline. Usarla para seguir a personas que no conoces puede ser interesante, pero si éstas no aparecen en tu Twitter junto con otras personas que te importen de verdad, acaba aburriendo.

Twitter es una herramienta pensada para un uso casi constante: puedes dejarla en una pestaña de tu navegador y actualizarla a mano, o usar alguna de las muchas aplicaciones que lo monitorizan cada cierto tiempo en el ordenador o en el móvil, pero si tu timeline se reduce a las actualizaciones de personas con las que no te une una relación directa, te acabará resultando aburrido relativamente rápido. Si solo lo ves cuando entras a propósito en Twitter, lees y lo cierras, tampoco te funcionará. Para que Twitter te enganche, tienes, en mi opinión, que seguir a personas que realmente conozcas, cuyas actualizaciones te interesen porque son tus amigos y conocidos, con las que establezcas conversaciones habituales. Hasta hace poco, Twitter era un ecosistema relativamente homogéneo: predominaban personas con interés en la tecnología y con cierta vidilla en la web. Un nuevo usuario, si no cumplía con ese perfil, podía tener complicado encontrar a sus contactos habituales. Ahora, con la versión en español funcionando y un crecimiento muy elevado, las posibilidades de encontrar amigos y conocidos se incrementan notablemente, lo que posiblemente lleve a un porcentaje superior de adopción tras la apertura de la cuenta (o recíprocamente, a un porcentaje de abandono menor).

En cualquier caso, la experiencia está siendo muy interesante, sobre todo para alguien como yo que se dedica a estudiar estas cosas. A mis nuevos seguidores, que mañana ya superarán en número a los que tenía antes del día 3, decirles que mi forma de usar Twitter es la siguiente: sigo a muy pocas personas, normalmente con el requisito de conocerlas personalmente y que mantengan una cierta actividad contando cosas que me resultan interesantes. Me considero incapaz de tener en mi timeline a más de sesenta o setenta personas: a partir de ahí, me saturo y simplemente no veo nada. Suelo contestar a la mayoría de las personas que se dirigen a mí a través de Twitter, a no ser que hayan pasado varias horas y me dé la impresión de que la contestación ya está descontextualizada, pero debido a la fuerte asimetría, contesto normalmente mediante mensaje directo, salvo que considere que la respuesta tiene de algún modo interés general. Esto lleva, en muchos casos, a que la persona a la que contesto no pueda usar la misma vía: si yo no sigo a esa persona, el sistema no le permite enviarme un mensaje directo. Para evitar esa sensación desagradable de “Enrique me envía un mensaje directo pero no me deja que se los envíe yo”, estoy pensando en cambiar la fórmula: posiblemente empiece a seguir recíprocamente a todos mis seguidores para darles la posibilidad de recurrir al mensaje directo, pero agrupe en una lista a aquellos que conforman mi timeline actual, que así seguirían siendo los que vería habitualmente. Pero aún estoy dándole forma a esa alternativa y viendo como funcionaría con los dispositivos y aplicaciones que uso todos los días.

La verdad, no sé si las cosas que cuento en Twitter son suficientemente interesantes como para tener una cantidad de seguidores tan elevada. No soy un “famoso”, sino un simple profesor de una escuela de negocios que estudia los cambios que la tecnología provoca en personas y empresas. Tampoco soy “la alegría de la huerta”: no creo tener una vida especialmente divertida o interesante (soy más bien hogareño, aunque acabe viajando bastante a lo largo del año). De mi Twitter te puedes esperar una frecuencia de actualización media de entre seis y diez veces al día (esta temporada algo menos), en las que cuento las cosas que hago, donde voy, temas de los que escribo, noticias que leo o veo… Lógicamente, un predominio de temas relacionados con la tecnología y sus efectos, y con la actividad de un profesor con cierta exposición en medios. No “colecciono” seguidores, no compito con nadie por el número de seguidores, y no me siento más o menos importante o especial por el hecho de tener muchos o pocos. Soy un experimentador constante: si me sigues, verás que en muchas ocasiones hago pruebas y las monitorizo. Mido qué enlaces reciben más tráfico, intento aislar de qué factores depende, entender el funcionamiento de este tipo de comunidades… Considero Twitter un canal de comunicación, y llevo muchos años estudiando los canales de comunicación. Si decides quedarte y ayudarme a ello, encantado de tenerte por aquí.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

2 comentarios:

  1. Vaya coñazo de entrada para no decir absolutamente nada.... en fin.

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  2. Pues sí, ladrillaco del chungo. Pero hay que seguir inflando la burbuja. Como pasa con todos los cancamuseros 2.0, de lo que se trata es de dar números cada vez más grandes, independientemente de si detrás hay algo o no. Me gustaría saber cuántos de esos miles de followers de Dans realmente abren Twitter alguna vez.

    Yo en twitter creo que tengo hasta tres cuentas (cada vez que me entra la curiosidad tengo que volver a darme de alta, porque suelo hacerlo con emails de usar y tirar), y nunca he usado ninguna de ellas. ¿Cuántas cuentas hay así?. Como todos los burbujeros, Twitter calla al respecto.

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ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.

Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.