Al lado de estas líneas, un terminal NFC (Near Field Communication) de MasterCard PayPass, uno de los múltiples modelos que podemos ver en cualquier establecimiento que acepte pagos mediante una tecnología en la que se puede pagar mediante objetos tan variados como un terminal móvil, un llavero, una tarjeta, un reloj o cualquier otra cosa en la que se inserte el chip en cuestión (el chip es pequeño porque recibe la alimentación eléctrica por inducción electromagnética desde un campo generado por el propio lector). Recientemente hablamos del tema al hilo de la presentación de Google Wallet, una iniciativa restringida por el momento a un tipo de tarjeta, un terminal, una operadora y un país determinado.
La propuesta de valor de las tecnologías NFC asociadas al pago parece clara y evidente. Ahora bien: la pregunta verdaderamente relevante es cuánto tiempo van a tardar en popularizarse. Según PayPal, las tecnologías NFC tardarán aún bastantes años en popularizarse, razón por la cual la compañía no está haciendo más que algunas aproximaciones al tema. La compañía, que jocosamente se refiere a la tecnología NFC como “Not For Commerce”, afirma que aún tardaremos bastantes años en ver una red razonable de tiendas equipadas con lectores y una difusión masiva de teléfonos preparados para NFC.
Según PayPal, la tecnología NFC requiere que tanto clientes como comerciantes hagan algo diferente, lo que supone una barrera a la adopción. Sin embargo, ese “algo diferente” resulta aparentemente tan simple y tan intuitivo – tocar un terminal con un dispositivo u objeto – que parece difícil que suponga un obstáculo conceptual. Al tiempo, nos encontramos con un fenómeno, el de los smartphones, cuya difusión parece estar superando todos los records de velocidad, con sus principales fabricantes incorporando rápidamente NFC a sus dispositivos, y con una red de terminales impulsada fuertemente por los grandes en la industria.
¿De cuánto tiempo hablamos? Para compañías como PayPal o como Square, actualmente apostando por tecnologías de otro tipo, anticipar la velocidad de esa curva de difusión es enormemente importante. Entre los “como mínimo tres años” para la adopción masiva o la anticipación de esfuerzos de entre cinco y diez años que en su momento anunció MasterCard, socio en el proyecto Google Wallet, va todo un conjunto de usos y costumbres sociales, y algo tan interesante como hasta qué punto podemos confiar en un solo dispositivo o debemos cargar con varios más. Y por supuesto, un interesante juego de competencia dentro de una industria en la que los actores pueden permanecer, aparecer o desaparecer en función de múltiples criterios, no siempre de idoneidad tecnológica.
A partir del momento en que un teléfono tiene las capacidades que tiene, yo quería verlo como cartera para mis tarjetas, para mi DNI, para mis programas de fidelidad, o hasta para abrir mi coche o mi casa. ¿Cuánto tardaremos en ver un dispositivo como el de la foto o similar en la gran mayoría de las tiendas que frecuentamos? ¿Cuál es vuestra idea de plazo para una adopción masiva que permita salir de casa sin tarjetas en el bolsillo?
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.