Me resultó muy llamativo el anuncio de Google acerca del posible uso de tecnologías de reconocimiento facial en Google Glass. Primero, porque llevo tiempo utilizando ese mismo ejemplo de combinación de tecnologías con tintes distópicos en algunas de mis clases y conferencias. Y segundo, por la obvia temporalidad a la que se hace referencia en el anuncio: tomado de las recién actualizadas políticas para desarrolladores de Glass,
Don't use the camera or microphone to cross-reference and immediately present personal information identifying anyone other than the user, including use cases such as facial recognition and voice print. Applications that do this will not be approved at this time.”
¿Qué implica realmente ese “at this time”? Exactamente lo mismo que implica el anuncio en sí: que en realidad, en Google están como locos con la posibilidad de que se desarrolle esta combinación tecnológica, que muy posiblemente esté ya ensayada hasta la saciedad dentro del Googleplex para evaluar su nivel de fiabilidad, pero que simplemente no quieren ser ellos los que la pongan en el mercado. Que no quieren verse directamente ligados a un desarrollo que muchos ven como el epítome de la pérdida de la privacidad, del que se lleva hablando mucho tiempo, sino simplemente como “desencadenantes del mismo”. Una manera de esquivar las objeciones que el Congreso de los Estados Unidos ha mostrado sobre el dispositivo y las que muchas personas tienen, antes incluso de que el dispositivo salga formalmente al mercado. Exactamente igual que en origen se diseñó un procedimiento para tomar fotografías que dejase relativamente a salvo el componente de privacidad, pero de manera inmediata se desarrolló otro para tomarlas con un simple guiño. Para muchos, las Google Glass serán pronto invisibles, una parte de la normalidad. Y por supuesto, cuanto antes se vayan desarrollando los protocolos de uso, mejor. Hay que evitar convertirse en un glasshole.
Google tiene importantes desarrollos en el ámbito del reconocimiento facial, aplicados desde el año 2009 a un banco de pruebas de una magnitud tan descomunal como Picasa. El desarrollo de Google Glass se hace, como es costumbre en la compañía, como una plataforma abierta a desarrolladores, y en el mismo evento en el que se presenta dicha plataforma se hace un especial hincapié en que el dispositivo puede ser fácilmente rooteado y se le puede instalar lo que buenamente nos venga en gana, con una sesión específica dedicada al tema en el Google I/O 2013 impartida por dos ingenieros de Google, titulada “Voiding your warranty: hacking Glass“, y con el claro mensaje “Disclaimer: you’ll be stepping into uncharted and unsupported territory!” Vamos, vamos… no me fastidies! Si alguien entiende que ese mensaje es exactamente igual de llamativo que un tarro de miel puesto en medio de una colmena de desarrolladores, esa es precisamente Google.
Una vez que quitas la tapa del bote, el desarrollo de una tecnología es completamente imparable e inevitable, y Google lo sabe perfectamente. Que sí, que el Congreso de los Estados Unidos podrá decir lo que quiera, se podrán cambiar leyes, se podrán escandalizar muchos… pero extraoficialmente, ya hemos llegado hasta aquí. Vete pensando en sus implicaciones…
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.