02 diciembre 2013

El phablet como dispositivo desagregado

PhabletTras unos pocos días probando un phablet – dispositivo que se sitúa por tamaño y funcionalidad entre el teléfono y el tablet – por cortesía de Huawei, empiezo a vislumbrar algunas ideas interesantes sobre las características de usabilidad de una categoría de dispositivos que, sinceramente, me resistía a probar.

Los phablets tienen una apariencia masiva: su aspecto es inequívocamente de teléfono, pero su tamaño los hace parecer desproporcionados, casi extravagantes: la idea de llevarse semejante dispositivo a la oreja para hablar es de lo menos apetecible, y el manejo de una pantalla tan grande pone a prueba la ergonomía y el alcance de los dedos incluso de manos tan grandes como las mías.

Por otro lado, ofrecen dos obvias ventajas: una pantalla que es un verdadero lujo para la navegación web o incluso la lectura reposada, y una batería con una duración prolongada debido al mayor espacio disponible que ofrecen para acomodarla.

Sin embargo, y tras tan solo unos pocos días, empiezo a ver dónde puede estar la clave de la usabilidad de un dispositivo de este tamaño: en que salga del bolsillo únicamente cuando es requerido para aquellas funciones que hace mejor. A medida que se desarrollan y mejoran aparatos como los auriculares Bluetooth y los smartwatches, recibir una llamada cuando llevas semejante “monstruo” en el bolsillo o bolso se reduce a comprobar quién te llama mirando el reloj en la muñeca, y descolgarla para hablar simplemente extrayendo el auricular. Un conjunto de gestos aparentemente complejo, pero que se interioriza y automatiza relativamente rápido. A cambio, llevas un dispositivo notablemente más agradable que los teléfonos más grandes si quieres visualizar cualquier página web, leer noticias, o aprovechar un rato perdido abriendo la app de Kindle y avanzando en ese libro que tienes a medias. Uno de esos casos en los que, tras probar algo que inicialmente descartabas, lo ves con algo más de simpatía: me puedo imaginar llevando un dispositivo de ese tamaño en el bolsillo – no sé si todos los días – y siendo objeto de chistes como aquel de “¿llevas un phablet en el bolsillo o es que te alegras mucho de verme”? :-)

Obviamente, la popularidad de los smartwatches está aún lejana y probablemente esperando por lo que tenga que decir Apple respecto de la redefinición de la categoría y sus funciones, y los auriculares Bluetooth, a pesar de tener ya una larga historia, mantienen una popularidad aún relativamente escasa. Pero hablamos de un concepto de usabilidad como mínimo curioso: obtenerla desagregando algunas funciones de un aparato y delegándolas en dispositivos más pequeños, mediante un protocolo tan eficiente desde el punto de vista energético como Bluetooth 4.0, que parece estar consolidándose como el protocolo de preferencia para esas redes de área personal que empiezan a definirse como tendencia.




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