16 marzo 2014

Twitter y la actividad docente

Business School professors on TwitterEntré en Twitter relativamente pronto, en el año 2007. He utilizado Twitter para todo: desde aquella primera época en la que la pregunta era “¿qué estás haciendo?” y te dedicabas a comentar allí casi todo lo que hacías, dónde estabas y lo que comías, hasta la época actual, en la que tiendes a un uso más reflexivo, buscando compartir y aportar algo de valor a aquellos que te siguen, o simplemente generar atención y discusión sobre tu producción.

Entiendo Twitter como un recurso fundamental para un profesor de una escuela de negocios: veo el dar clase en una buena escuela de negocios como un privilegio que, por un lado, te permite disfrutar de alumnos de muchísima calidad en el contexto de una metodología que promueve la interacción, la discusión y el enriquecimiento constante, y por otro, supone una obligación permanente de estar a la altura, aunque solo sea por lo que esos alumnos pagan por estar ahí.

Desde el primer momento, consideré el blog como una manera de obligarme a leer, a estar actualizado, a reflexionar sobre los temas que comento en clase, y tuve la impresión de que la metodología de una escuela de negocios llevaba a que todo profesor que trabajase en una estuviese destinado a ser un “natural born blogger”. Con Twitter me pasó lo mismo: al principio era algo extravagante, pero hace ya algún tiempo que empecé a experimentar con curiosidad ese feedback inmediato que surge cada vez que terminas una clase o conferencia y te encuentras comentarios en Twitter sobre la misma, como en aquel genial episodio en el que le ocurre al Dr. Sheldon Cooper de “The Big Bang theory”, que de hecho, suelo utilizar en clase para animar a la participación:

 

 

Para un profesor, Twitter puede ser una manera de llamar la atención sobre temas, recursos, enlaces y todo tipo de cuestiones que pueden tener relevancia sobre su actividad, sobre los temas de los que habla, sobre las industrias y los casos que analiza. En realidad, puede o incluso debe funcionar así para prácticamente cualquier profesional, pero en el caso de un profesor me parece que sale incluso más natural.

Esta mañana me he encontrado una sencilla observación de Wilfred Mijnhardt en Twitter en la que me mencionaba: utilizó FollowerWonk para buscar profesores de escuelas de negocio en Twitter, encontró 829 y echó un vistazo a variables como el número de tweets, los seguidores, la antigüedad o el nivel de autoridad social. Una lista que me pone arriba del todo, por encima de “monstruos” como Clayton Christensen, Michael Porter o Rosabeth Moss Kanter, que vienen a ser ese tipo de figuras en las que, en muchos sentidos, llevas toda la vida mirándote, o cuyos libros y artículos has estudiado. No tiene más valor que el que tiene, no creo que este tipo de cuestiones puedan medirse en modo exclusivamente cuantitativo o competitivo… pero la verdad es que hace cierta ilusión :-)




(Enlace a la entrada original - Licencia)

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