Quise dedicar mi columna de esta semana al veinticinco aniversario de la presentación de la propuesta de Sir Tim Berners-Lee que dio lugar a la World Wide Web. Se titula simplemente “Veinticinco años de web” (pdf), y en ella intenté resaltar su fortísimo potencial para redefinirlo todo, desde las industrias, hasta el modo en que nos administramos y gestionamos como sociedad.
Además de la propuesta de Carta Magna formulada por el propio Berners-Lee y en la iniciativa Web we Want, me inspiré en el Take Action de Google y en el envío que hicieron para celebrar el aniversario, en el que pedían a los usuarios que compartiesen en tus redes sociales una ilustración en función de si recordaban el mundo antes de la web, o si para ellos la web siempre había estado ahí.
A continuación, el texto completo de la columna:
Veinticinco años de web
Esta semana se han cumplido veinticinco años desde que Sir Tim Berners-Lee escribió la histórica propuesta que, tras ser aprobada por el CERN, dio lugar a la World Wide Web, el sistema de documentos unidos mediante enlaces a través de internet a los que accedemos mediante un navegador.
Veinticinco años. Un momento que divide ya a los habitantes del mundo entre los que aún recuerdan cómo era el mundo antes de la web, y los que nunca han conocido el mundo sin ella. Entre los primeros, otra división: los que nunca han entendido el cambio que ha supuesto (y menos aún el que va a suponer), y los que han encontrado alguna de sus infinitas propuestas de valor y han entendido el descomunal papel que juega en la redefinición de nuestro entorno.
La web lo ha redefinido prácticamente todo, y algunos de los mayores avances de la humanidad están encerrados esperando lo que aún le queda por redefinir. Industrias enteras reconvertidas a pesar de la feroz resistencia de directivos que, en muchos casos, nunca llegaron realmente a entender lo que estaba pasando, y que trataron de oponerse a los cambios como si de verdad fuese a tener algún efecto que un dinosaurio se opusiese a la glaciación.
Aún quedan muchas industrias por reconvertirse al nuevo entorno. Y entre otras, la más importante, la que sin duda más va a resistirse a los cambios: la política. Esa misma política que no ha dudado en utilizar la red para espiarnos a todos, llegando incluso a infectar nuestros ordenadores, mientras nos decía que "era por nuestra seguridad". Esa misma política que tenemos que aniquilar, contra la que nos tenemos que defender.
Veinticinco años. Y tanto por hacer.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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