09 febrero 2010

Alierta y la neutralidad de la red ? reacciones

Algunos medios recogen hoy reacciones a las declaraciones de César Alierta en el Hotel Ercilla de Bilbao, en algunos casos incluyendo comentarios míos al respecto. El Mundo publica en su versión papel “¿Debe pagar Google un peaje por la red?”, mientras que Público sale con un reportaje a doble página de Blanca Salvatierra y Miguel Ángel Criado titulado “Los dueños de la red quieren que los contenidos paguen” (aquí en pdf), en el que sin embargo cometen importantes errores a la hora de analizar el concepto de la neutralidad de la red: en la versión papel, el reportaje comenta como factores a favor de una red no neutral cuestiones como la imposibilidad de priorizar determinados servicios (cita la telemedicina, que según el artículo “debería disponer de más ancho de banda que un correo electrónico”) o el freno a la aparición de productos premium.

Esa argumentación es, en los dos casos, completamente falsa: la neutralidad de la red no significa en modo alguno “que todos vayamos a la misma velocidad”. La neutralidad de la red significa que si yo tengo contratados veinte megas de bajada y uno de subida, obtenga la velocidad que debo obtener (en función de la distancia a mi centralita y otros parámetros técnicos) de manera completamente independiente al tipo de contenidos que circulen por esa red. Si quiero asegurarme un ancho de banda muy elevado porque, por ejemplo, soy un hospital y me dedico a la telemedicina, nada me impide pagar por ese ancho de banda. Lo que no puede ocurrir es que si hago clic en un vínculo de un proveedor determinado que ha pagado a la empresa de telecomunicaciones, sus contenidos bajen más rápido que los de uno que no lo ha hecho por razones completamente independientes al ancho de banda que éstos tengan contratado. Eso sí es una violación de la neutralidad de la red. Pero que alguien que necesita más ancho de banda lo contrate, no lo es. Del mismo modo, no existe ningún freno a la aparición de productos premium: todos podemos contratar, dentro de la gama de oferta disponible, el ancho de banda que deseemos, pero eso no debe significar que determinados contenidos se vean privilegiados con respecto a otros por otros factores diferentes a los puramente técnicos.

La neutralidad de la red es un concepto perfectamente claro y bien definido:

Los ciudadanos tienen derecho a que el tráfico de datos recibido o generado no sea manipulado, tergiversado, impedido, desviado, priorizado o retrasado en función del tipo de contenido, del protocolo o aplicación utilizado, del origen o destino de la comunicación ni de cualquiera otra consideración ajena a la de su propia voluntad. Ese tráfico se tratará como una comunicación privada y exclusivamente bajo mandato judicial podrá ser espiable, trazable o analizable en su contenido (como correspondencia privada que es en realidad).

Es decir, que la red no estará sujeta a ningún tipo de discriminación en función de contenidos, sitios web, origen, destino, plataformas, modos de comunicación o protocolos, limitándose las empresas proveedoras a ofrecer un canal de comunicación con un ancho de banda contratado por el usuario, sin ningún tipo de injerencia en lo que por él circule y, por supuesto, cumpliendo el derecho universal al secreto de las comunicaciones.

No confundamos términos, por favor. La red es neutral por definición, y deberá seguir siéndolo sin que ello impida que cada uno pueda contratar el ancho de banda que estime adecuado a sus necesidades, en el régimen que estime oportuno para las mismas. Estar a favor de la neutralidad de la red implica no estar de acuerdo con que tu proveedor de telecomunicaciones pueda decidir qué contenidos van más rápido o más despacio en función de sus acuerdos comerciales o intereses en los mismos. Estar a favor de la neutralidad de la red implica no permitir que la oferta de contenidos o servicios de un proveedor de telecomunicaciones sean privilegiados con respecto a los de su competencia. Nada, repetimos, NADA tiene que ver con una red en la que todos circulen a la misma velocidad o en la que no se puedan ofrecer servicios premium con mejores anchos de banda. Eso no sería ser neutral: sería ser simplemente absurdo.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

1 comentario:

  1. Me ha parecido muy interesante esta opinión al respecto. Cierto es que Dans no para de predicar a favor de la neutralidad de la red... mientras babea con el iPhone, estereotipo de antineutralidad de la red, donde la operadora y el fabricante deciden unilateralmente las aplicaciones que se pueden usar y el tipo de tráfico que puede circular. Otra contradicción más.

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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.