No es habitual tener datos concretos acerca de Twitter. Por eso, la reciente entrada de Kevin Weil, analista de la compañía, en el blog corporativo me ha resultado muy interesante: casi cincuenta millones de actualizaciones emitidas diariamente por sus usuarios, descontando spam. El alcance, o número de actualizaciones enviadas a éstos, es obviamente muy superior dada la naturaleza asimétrica del canal.
La gráfica permite observar las primeras fases de una curva de difusión tecnológica de las que salen en los libros de texto. Mi primera entrada sobre Twitter, en marzo de 2007, viene a caer casi a la izquierda de todo del eje de abscisas. En aquella época, la totalidad de la comunidad de usuarios de Twitter producía unas cinco mil actualizaciones al día. Desde entonces, he dedicado toda una larga secuencia de entradas a lo que entiendo como el desarrollo de un nuevo género comunicativo, que ha devenido en la creación de esa real-time web que hoy cada vez más personas consideran de vital importancia y por cuyo control e indexación estamos viendo cada día más interés. De una actividad que muchos juzgaban banal y una empresa que era tildada de poco seria, a las permanentes discusiones sobre su modelo de negocio, y a una fase ya de franca popularización con usuarios famosos, portadas de revistas de management y rentabilidad obtenida gracias a haberse convertido en el verdadero pulso de la actualidad, en la respuesta colectiva a esa pregunta de “What’s happening?”, “¿Qué está pasando”?
Una empresa que nació de manera casi accidental, tras ver la herramienta que los empleados de Odeo habían creado para simplemente saber dónde estaba y qué estaba haciendo cada uno y poder poner reuniones, y que creció con la idea de que aquello debía servir para algo y tener una viabilidad económica, sin saber exactamente cuál sería el modelo para ésta. La historia ya casi nos resulta familiar. Hoy hay más de cincuenta mil aplicaciones corriendo sobre todo tipo de dispositivos y servicios web, y una empresa que forma parte de la vida cotidiana de cada vez más gente.
Trepa un poco -escala, mejor – por la curva de la gráfica. Es la historia reciente, solo tres años, de una compañía tecnológica. Revisa cuáles fueron tus percepciones sobre ella, tus primeras impresiones, tus sensaciones al probarla, tus análisis más o menos acertados al respecto… hay mucho que aprender ahí.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
Menuda autofelación que ha escrito en el último párrafo.
ResponderEliminarVa dedicado a todos los que decían que twitter era una chorrada sin futuro, sólo le ha faltado añadir: "Comparad los análisis de los agoreros con los míos y aprended"
Hombre, gracias a esta entrada "no-sé-de-qué-escribir-hoy-ah-pues-otra-vez-de-Twitter" y a que no se lee sus propias entradas y comentarios, hemos recordado/descubierto que por mucho que ahora diga que siempre ha apostado por él, Dans no creía en Twitter, vamos que, en sus propias palabras, no le veía la gracia, era escéptico y no acababa de verse diciendo "Buenos días" todos los días. Que ahora no nos venda lo visionario que fue cuando todo el mundo renegaba del pajarito, lo único que hizo fue apuntarse al carro según subía el uso.
ResponderEliminarAhí le has dado...
ResponderEliminarEso me recuerda a las "predicciones" del economista-astrólogo Santiago Niño Becerra:
http://cambiosocialya.wordpress.com/2009/12/16/confirmado-santiago-nino-no-da-una/
Todo el mundo dice que acierta porque nadie se molesta en comprobar lo que dijo hace un año...y va variando sus "predicciones" a medida que se acerca el momento de ver si lo que dijo es real o no.
A Dans, como a cualquier buen embaucador le funciona, pero claro, le funciona solo con los que se tragan sin ninguna actitud crítica lo que dice, es decir, le funciona en el 80% de los que acuden a su blog.
Y además el engaño funciona bastante bien, porque por ejemplo, digamos que Google Buzz acaba siendo un bluf, en contra de lo que Dans parece pronosticar (se le veía bastante entusiasmado con la última gilipollez de Google). Pues si fracasa, dentro de x meses, nadie se acordará del Google Buzz de los cojones, así que habrá pocas posibilidades de que alguien le eche en cara la cagada (aunque ahí estaremos nosotros, desde luego...jejeje). Y si triunfa...pues haya dicho lo que haya dicho en el pasado, se apunta el tanto, y punto, estamos en el caso 1) relatado más arriba.
Pues mi percepción es que tanto yo como la gente a la que sigo en Twitter se han ido diluyendo como un azucarillo... yo llegue relativamente tarde a Twitter, y al principio me fascino, pero vamos que no ha tardado ni unos meses en parecerme algo totalmente prescindible. Exactamente igual que Facebook.
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