17 marzo 2010

Compañías distribuidas

Interesantísima entrada de Toni Schneider acerca del trabajo en Automattic, la empresa creada por Matt Mullenweg, y que está organizada en torno al concepto de trabajo distribuido: el mapa de la izquierda muestra las localizaciones desde las que trabajan los más de cincuenta empleados de la compañía, una distribución que abarca ni más ni menos que diez países y doce estados de los Estados Unidos (puedes hacer clic para verlo con más detalle).

Una forma organizacional distribuida y completamente difusa que cada día ganan más adeptos, y a la que de hecho dediqué uno de los capítulos de mi libro, en el que intento explicar el concepto e impacto de los costes de transacción y comunicación. En la entrada, Toni argumenta cinco ventajas fundamentales de este tipo de compañías: la mayor satisfacción de los trabajadores, el acceso a un mercado de trabajo mundial con muchos más y mejores especialistas al no limitarlo únicamente a una zona geográfica, el uso de herramientas de comunicación mejores y más eficientes, la posibilidad de seguir manteniendo genuinas interacciones sociales, y la organización de la oficina central como un sitio de interacción mucho más interesante que el típico entorno de oficina.

Una por una, las ventajas que Toni cita me resultan plenamente familiares cuando las comparo con mi experiencia en cursos como en International Executive MBA: en ese curso, personas que residen en todas partes del mundo comparten trabajo en una interacción sumamente intensa, pero que curiosamente, no solo supera las barreras geográficas gracias a la tecnología, sino que termina generando una interacción dotada de una mayor cohesión grupal que la que suele obtenerse en un grupo íntegramente presencial. Por un lado, la experiencia del grupo, sometida a la enorme diversidad de experiencias y orígenes, resulta mucho más enriquecedora. Por otro, el uso de tecnología permite una eficiencia en la compartición de información que lleva a interacciones de más calidad, a métodos de trabajo más eficientes, y a una evaluación del desempeño mucho más fidedigna. Aún teniendo en cuenta que hablamos de experiencias diferentes – un trabajo en una compañía no es lo mismo que un curso de un año, aunque hablemos de alumnos con una gran experiencia directiva y de un nivel de exigencia similar o superior – los cinco puntos enunciados por Toni me parecen completamente aplicables y de inmediata comprensión por cualquiera que conozca esa experiencia.

Sin duda, las compañías que aprendan a apalancar sus actividades en este tipo de entornos disfrutarán de ventajas competitivas que pueden durar bastante tiempo, porque se someten a procesos de aprendizaje y mejora continua. No tengo demasiadas dudas acerca de la solidez de la tendencia: cada vez veremos más compañías que trabajan así.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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