Fue, en su momento, la niña bonita de las redes sociales, la que más crecía, la que asoció su nombre al boom de las redes sociales. Se usó su nombre para definir a la MySpace Generation, fue portada de Business Week y de Forbes… su popularidad llevó al magnate de los medios, Rupert Murdoch, a poner encima de la mesa en julio de 2005 casi seiscientos millones de dólares (US$580 millones por Intermix, compañía propietaria de MySpace) por la propiedad de MySpace, en lo que se consideró una transacción casi visionaria: en 2005, el fenómeno de las redes sociales estaba prácticamente empezando, y solo unos pocos podían llegar a entender cual sería su verdadera dimensión.
El gráfico, realmente, no hace demasiada justicia. Ni en Google Trends for Websites ni en Alexa es posible obtener datos anteriores a 2009, lo que lleva a una imagen bastante distorsionada de la realidad. Hubo una época en la que MySpace representaba prácticamente todo en el mundo de las redes sociales: los intereses de los jóvenes, sus páginas, su música, su consumo de medios, su vida… Ahora, transacciones como la adquisición de Bebo por AOL en 2008 por $850 millones se deshacen por cantidades que palidecen en comparación con las anteriores: vendida por unos diez millones de dólares a Criterion Capital Partners.
Mientras, Facebook sigue incrementando estratosféricamente su base de usuarios y sus beneficios. Convertida desde mayo de 2007 en una plataforma para aplicaciones que multiplica exponencialmente las opciones que un usuario tiene para pasar tiempo en el sitio, y alcanzado ya el estatus de “winner takes all”, de una escala que hace que sea considerada la red en la que te encuentras fácilmente con casi cualquiera, se ha convertido en una empresa que compite en la economía de la atención con la mismísima Google.
¿Qué hizo mal MySpace? El hecho de que su declive se iniciase poco después de su adquisición indica que Murdoch, un magnate de los medios, se dedicó a reforzar la orientación de la misma al consumo de medios, sin prestar demasiada atención a otros factores. El diseño de MySpace, ya de por sí anticuado y abigarrado, fue incidiendo cada vez más en sus errores. En un mercado tan importante y significativo como UK, sus visitas se han reducido a la mitad de las que tenía hace tan solo seis meses. En España y en otros países, MySpace es una red de autoconsumo de la industria musical: solo se meten en MySpace los músicos, para ver qué están haciendo otros músicos. Y ni siquiera es ya una red para escuchar música de una manera agradable: los excesos en el diseño hacen que, en muchos casos, la música se convierta en un contenido difícil de encontrar, en medio de un entorno de estética anticuada y poco agradable, que evoca casi la época dorada de Geocities. Ahora, hasta los músicos empiezan a migrar cada vez en mayor número hacia Facebook. El contrato para gestionar la publicidad de MySpace, hasta ahora gestionado por Google, se renegocia en un mes, y todo indica que pasará a tener un importe sensiblemente inferior.
¿Puede salvarse MySpace a estas alturas? Con una Facebook lanzada, con la moral de los trabajadores muy baja, con la conciencia de que los cambios necesarios serían completamente radicales, con una News Corp. aparentemente interesada en buscar comprador a cualquier precio, con un éxodo de usuarios de todo tipo y con una perspectiva de ingresos publicitarios sensiblemente reducida, todo indica que no.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
0 comentarios:
Publicar un comentario
ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.
Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.