29 septiembre 2008

Blogs grandes, blogs pequeños y comunidades

Interesante columna de Sarah Lacy en Business Week, Blogging: in praise of small, en la que describe cómo muchos blogs, al crecer, se convierten en medios de comunicación y pierden algunas de las señas de identidad del género: entran en el juego de las marcas para informar sobre nuevos productos, escriben contenidos para tener más publicidad, y provocan que se desvanezca en gran medida la sensación de comunidad.

En cierto modo, es como si muchos blogs hubiesen decidido que “de mayores querían ser medios de comunicación clásicos”, y hubiesen heredado algunas de las peores características de éstos: la mediatización, el sesgo y la despersonalización. El articulo es exactamente lo que dice el título: un elogio de los blogs pequeños, con comunidades sólidas y asentadas, esas en las que el autor conoce a los comentaristas y se cruza comentarios con ellos y entradas con otros blogs vecinos, en esa conversación que se suponía era parte de la esencia primigenia de los blogs como medios personales.La autora de la columna divide a los bloggers en tres tipos: los profesionales que escriben por dinero, los amateurs que siguen haciéndolo for the love of it, y los pioneros que empezaron fascinados por el medio, lo abandonaron para pasarse al nanoblogging con Twitter, Friendfeed y afines, y que seguramente se pasarán también al siguiente medio que aparezca en el panorama de la red.

Por supuesto, tengo un gran interés por ver cuál es vuestra interpretación con respecto a la tesis del artículo aplicada a esta página. Desde mi punto de vista, este blog ha ido creciendo de manera muy constante, sin grandes saltos. Manteniendo esa conocida proporción de 1:9:90 (uno escribe, nueve comentan y noventa se limitan a leer) o participation inequality que lleva visos de convertirse en una especie de proporción áurea de la red, mi impresión es que esta página sigue siendo una especie de “bar de pueblo”, donde conozco a la gran mayoría de los que comentan habitualmente, aunque todos los días aparezcan algunos espontáneos a tomarse un café. Sigo intentando mantener la casa limpia eliminando spam y actitudes insultantes o persistentes que dificulten la conversación, sigo leyéndome absolutamente todos y cada uno de los comentarios con detenimiento, y si no participo más en ellos, es porque en ocasiones me da la impresión de que cuando lo hago, “mediatizo” y “condiciono” demasiado. Se mantiene una sana cuota de comentarios discordantes o contrarios a la opinión expresada en la entrada, correspondiente con el hecho de que sigo considerando los comentarios como la verdadera razón por la que escribo un blog. La página sigue siendo estrictamente personal; habla de lo que me ha interesado en mi lectura diaria de noticias, de lo que se me ha pasado por la cabeza hablando con unos u otros, o de lo que he escrito en otros sitios, aunque parte del componente de “mi querido diario” que tuvo en otras épocas ha desaparecido para asentarse sólidamente en ese Twitter que refleja lo que hago a cada momento. Aunque efectivamente empecé a poner publicidad y ésta me deja sólidas ganancias mensuales, sigo intentando que no moleste, que tenga un componente de coherencia con los contenidos, y rechazándola cuando no es así: prefiero no tener campañas, como es el caso en este mismo momento, a tenerlas molestas o poco relevantes, y supongo que eso es lo que contribuye en parte a que mi publicidad mantenga casi siempre el clickthrough más elevado de toda la red a cuyas estadísticas tengo acceso.Y por supuesto, no me obsesionan las visitas ni jamás he escrito pensando en maximizarlas a toda costa.

Vamos, que si intento medirlo desde mi lado, y aunque todo sea obviamente mejorable, estoy en general bastante contento de cómo va ésto. Pero como siempre, mi impresión es una, y en este caso, no precisamente la más importante. ¿Y tú? ¿Te sigues encontrando cómodo en este bar, o sientes que se ha convertido para ti en una impersonal cadena de comida rápida?

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.

Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.