28 septiembre 2008

Redefiniendo la beta

Una entrada de Slashdot me lleva hasta Almost half of Google products - including 4-year-old Gmail - remain in beta: Why?, un artículo de NetworkWorld en el que se plantean hasta qué punto Google ha redefinido el significado del calificativo “beta” desde su sentido primigenio, algo que resulta completamente evidente si partimos del significado de “versión beta” en Wikipedia:

“Una versión beta o lanzamiento beta representa generalmente la primera versión completa del programa informático o de otro producto, que es probable que sea inestable pero útil para que las demostraciones internas y las inspecciones previas seleccionen a clientes.”

Frente a esa idea de inestabilidad, de prueba en condiciones de carga limitada y de “solo apto para valientes”, Google ofrece, como comenta el título del artículo, prácticamente la mitad de sus productos en esta fase (veintidós de cuarenta y cinco), incluyendo algunos como Gmail, con ya cuatro años de antigüedad. ¿Qué significa para Google, por tanto, el calificativo de “beta”? Según un portavoz de la empresa que ha dejado un comentario en la entrada, el concepto de “beta” se ha redefinido completamente:

We have very high internal metrics our consumer products have to meet before coming out of beta. Our teams continue to work to improve these products and provide users with an even better experience.  We believe beta has a different meaning when applied to applications on the Web, where people expect continual improvements in a product.  On the Web, you don’t have to wait for the next version to be on the shelf or an update to become available.  Improvements are rolled out as they’re developed.  Rather than the packaged, stagnant software of decades past, we’re moving to a world of regular updates and constant feature refinement where applications live in the cloud.”

Es decir, que la beta se refiere a la fase de “aprendizaje promovido por el uso”, a las actualizaciones continuas y el refinamiento de funciones mientras las aplicaciones viven en la nube, algo que se separa completamente de la época en la que había que esperar a que la siguiente versión de un programa con las correspondientes mejoras llegase a las estanterías de las tiendas en una caja forrada en celofán. Y en ese sentido, resulta razonable pensar que un producto permanezca en beta cuatro años o los que hagan falta, si en efecto está incorporando mejoras gracias a las sugerencias y a la utilización constante.

La cuestión, bastante evidente por otro lado, me recuerda a una conversación que tuve hace bastante tiempo con un banco, que me preguntaba si tenía sentido que una entidad bancaria lanzase un producto con etiqueta de beta o si, por el contrario, haría que sus usuarios lo rechazasen por considerarlo inseguro y por eso de “con las cosas de comer no se juega”, pregunta a la que di una respuesta en exactamente esos mismos términos: “beta” no significa necesariamente “inestabilidad” o “exención de responsabilidad, sino “planteamiento inicial a la espera de mejoras promovidas por la experiencia de los usuarios”. Algo que, como en todo cambio de significado, puede ser necesario explicar para evitar malas interpretaciones. En cualquier caso, la propia Google muestra algunas incoherencias en esta redefinición: por un lado, el lanzamiento de Google Checkout, en el que la compañía estimó que, dada la función del producto, una etiqueta de “beta”podría perjudicar su adopción. Por otro, como comentan en Royal Pingdom, las implicaciones de que productos como Blogger o Google Analytics carezcan de dicha etiqueta: ¿significa acaso que esos productos no están siendo continuamente mejorados y refinados? O más importante todavía, el asunto de la limitación de responsabilidad, punto 15 de los Terms of Service de servicios como Gmail, que parece haber perdido toda relación con la consideración de “beta” y haberse convertido ya en moneda común en este tipo de servicios.

Decididamente, las betas ya no son lo que eran… :-)

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.

Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.