Ayer salió esta columnita mía en Público, “¿Copyright o Ley Seca?” (pdf), al hilo de la vergonzosa jugada de la ampliación de la duración del copyright desde los cincuenta años actuales hasta noventa y cinco, en contra de todo tipo de análisis y opiniones al respecto.
El artículo de Daniel Basteiro que da contexto a la columna, “Las discográficas exigen pensiones“, es de lectura muy recomendable, y contiene, entre otras cosas, esta “perla” de Carlos Sánchez Almeida que funciona muy bien como explicación de porqué tienen lugar este tipo de abusos:
(…) Internet no tiene líder, y las asociaciones de autores y discográficas sí intereses muy concretos”
A continuación, el texto de mi columna:
¿Copyright o Ley Seca?
(Enlace a la entrada original - Licencia)Sobre los turbios manejos de la industria del copyright con la clase política podrían escribirse varios tomos de una obra que rivalizaría con las mejores tramas de la novela negra. El copyright, que nació para proteger al creador, se ha convertido en nuestros días en algo contra natura, en una manera de perpetuar un modelo muerto que pide a gritos ser enterrado para librarnos de ese olor desagradable y dulzón de la podredumbre. Convertido en un modelo para el beneficio casi exclusivo de la industria creadora de copias, que en poco o nada beneficia a los autores, el modelo actual persiste en contra del sentido común, únicamente gracias a la habilidad de sus defensores para moverse entre las bambalinas de la política. Y dispara a todo lo que se mueve: lo mismo da que haya que violar el secreto de las comunicaciones para castigar a pacíficos internautas, o que sea necesario ignorar los resultados de estudios rigurosos que demuestran que incrementar el período de protección de 50 a 95 años no beneficia a nadie más que a la industria, ni siquiera a los propios artistas a los que originalmente se pretendía incentivar. En pleno siglo XXI, el copyright evoca los peores tiempos de la tristemente célebre Ley Seca: inútil, injusta y contraria a los fines para los que fue concebida.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.