Algunas personas me han pedido que comentase el esquema que utilizo para participar en las diferentes redes de microblogging en las que estoy presente y las razones por las que lo hago. Por supuesto, no tengo ningún problema en comentarlo por si a alguien le ayuda a organizarse, aunque quiero dejar claro que no creo que suponga un esquema habitual ni representativo de nada: es simplemente el sistema utilizado por una persona que da clase sobre estos temas, y que por tanto procura tener una experiencia práctica en muchas herramientas de este tipo, sin entrar en si es razonable o no desde un punto de vista estrictamente práctico (que lógicamente no lo será si no eres un académico que se dedica, como yo, a estudiar este tipo de temas).
Mi relación con el microblogging parte de una serie de premisas: me importa lo que hacen algunas personas, pero solo aquellas con las que mantengo una cierta relación. Personas que, en general, son o bien mis amigos, o personas cuya opinión me interesa, o que tengo algún interés por saber lo que están haciendo. En mi lista hay amigos de toda la vida, personas a las que leo habitualmente, o personas con las que mantengo algún tipo de relación, bien en persona o, en ocasiones, completamente virtual. Por esa razón, mi lista se mueve generalmente poco. No practico la reciprocidad, porque para mí no tiene sentido seguir a alguien que no conozco o que conozco muy poco, y porque he comprobado que mi ancho de banda mental me da para seguir a unas sesenta o setenta personas, mientras que seguir a más hace que la señal se convierta en ruido. En Facebook, sigo a personas, pero no a empresas o instituciones, salvo raras excepciones.
Para actualizar mi estado, trato casi siempre de seguir respondiendo a la pregunta “¿qué estás haciendo?”, aunque ocasionalmente escribo opiniones o pensamientos de otro tipo. Y actualizo bastante, desde terminales fijos o móviles. No escribo “para hacerme famoso” ni aspirando a que lo que yo cuento le interese a todo el mundo: simplemente cuento lo que hago y que me siga quien buenamente quiera y le interese: no obtengo ninguna satisfacción especial del hecho de que me sigan más o menos personas, no me creo más importante o popular por ello, no compito con nadie ni practico el coleccionismo. Suelo responder a quien se dirige a mí a través de algún sistema de microblogging, aunque generalmente lo hago mediante mensaje directo, por entender que la contestación, en la mayoría de las ocasiones, solo es relevante para quien hace la pregunta. Eso no impide que algunas personas, al no verme contestar, piensen que soy una especie de “estrellona” que no contesta nunca a nadie. En este tipo de redes, bloqueo a quienes me resultan molestos: personas con actitudes insultantes o spammers.
El sistema que utilizo para actualizar las redes es el siguiente: mis actualizaciones las escribo en GTalk, el sistema de mensajería instantánea de Google, simplemente porque es cómodo y ubicuo: está disponible con total facilidad desde casi cualquier dispositivo: cualquiera de mis ordenadores, cualquier ordenador que me presten en un momento dado, o mi BlackBerry. Desde GTalk, el texto pasa a Ping.fm, desde donde es distribuido a los siguientes clientes y redes: Twitter, Facebook, Plurk, MySpace, Plaxo Pulse, LinkedIn, Identi.ca, Yahoo!360º, Jaiku y YouAre. Las razones son variadas: desde poder comprobar en primera persona las características y el funcionamiento del servicio, hasta formar una parte importante de mis conversaciones con muchas personas, o proporcionar contexto a quien lee mi blog (el feed de Twitter se publica también en la portada del mismo). Puestos a clasificar, diría que el papel más activo lo tienen Twitter y Facebook, que son las redes en las que mantengo conversaciones habituales: en el caso de Twitter, veo las respuestas en TwitterBerry si estoy en movilidad, o en la página de Twitter si estoy en un ordenador, y utilizo de una manera cada vez más frecuente los trending topics y la función de búsqueda. He dejado de usar aplicaciones como Twitterrific o Seesmic Desktop, porque me suponían un volumen de interrupciones que acababa siendo en muchos casos molesto: prefiero decidir yo cuando me voy a la pestaña correspondiente de Twitter o Facebook y la refresco. Algunas de las redes que mantengo están ahí por simple curiosidad por seguir su ciclo de vida, como en el caso de Jaiku (desarrollo interrumpido por Google y código posteriormente liberado) o Yahoo!360º (anunciada su retirada). Otras, aunque no las alimento de forma directa, me parecen verdaderamente interesantes, como el concepto de lifestreaming de Friendfeed: es una red que no actualizo desde Ping.fm para evitar la duplicación de actualizaciones, pero en la que consolido prácticamente toda mi actividad online: actualizaciones, entradas que escribo en el blog, fotos que subo a Flickr, entradas que leo en otros blogs, vídeos que subo a YouTube, páginas que almaceno en Delicious… todo, en un solo feed. Si Gtalk y Ping.fm constituyen mi vía de entrada en el microblogging, Friendfeed proporciona sin duda el más completo de los canales de salida.
Actualizar no me quita prácticamente nada de tiempo: escribir un máximo de 140 caracteres en una aplicación tan rápida como GTalk es algo que no lleva ni un minuto, pero que a cambio me permite saber lo que están haciendo personas que me interesan, o entablar conversaciones interesantes. La sensación de proximidad con mis amigos es impresionante, muchísimo mayor que cuando simplemente los llamaba o me cruzaba con ellos algún mensaje de vez en cuando, es como una especie de conexión permanente que me encanta. Con el tiempo y el uso, hasta me he acostumbrado a cosas tan divertidas como comentar que estoy viajando a una ciudad que no conozco, y encontrarme con recomendaciones de personas de mi red sobre sitios para comer o visitar, una especie de guía turística completamente personalizada y vinculada a personas conocidas que es un verdadero gustazo. Realmente, el microblogging ha llegado a ser una parte ya bastante integrada en mi vida normal: lo que algunos solo justifican como una extravagancia o una demostración de frikismo, para mí se ha consolidado ya como algo que echaría mucho de menos si por la razón que fuese lo tuviese que dejar de hacer.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
Estoy supercontento de haber parado después de la primera frase. Menudo ladrillaco.
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