Muy buena pregunta la que lanza este artículo de Wired, “Burning question: when will international phone calls be free?“: en un mundo en el que la inmensa mayoría de las transmisiones circulan a través de una red completamente carente de fronteras y la totalidad de ellas serían perfectamente susceptibles de hacerlo, ¿qué razones existen apra mantener una compleja infraestructura de redes nacionales con puntos de entrada y salida, con costes de inicio y terminación en cada etapa del camino? ¿Qué sentido tiene pagar a un proveedor local por permitirnos acceder a su red, encaminar la llamada a través de una serie de países que pueden a su vez cobrar por el uso de sus redes, y pagar a la red de destino una tarifa de terminación?
La evidencia es clara: las llamadas interurbanas ya caen dentro de las tarifas planas en la mayoría de los planes telefónicos, al igual que las llamadas locales (en muchos países desde hace tiempo inmemorial, en otros como el nuestro tan solo desde hace unos pocos años). Y aunque tarifa plana no es evidentemente lo mismo que gratis, a efectos prácticos de consumo la sensación es similar: incurrir en un gasto fijo completamente independiente del volumen de consumo efectuado. La progresión lógica nos lleva a escalar este tipo de esquemas a las llamadas internacionales, y hacer que las compañías telefónicas compitan en función de servicios facturados al cliente doméstico, en lugar de hacerlo por segundos y por costes de conexión. Por otro lado, el producto sustitutivo está ya plenamente desarrollado: en una amplia variedad de ámbitos, todo aquel que precisa hacer un uso intensivo de llamadas internacionales recurre a sistemas de VoIP para evitar incurrir en las tarifas aplicadas por las empresas de telefonía convencional. En un mundo en el que existe una infraestructura de comunicaciones completamente globalizada, el sistema de parroquias aplicado por las empresas de telecomunicaciones pertenece cada día más claramente al siglo pasado. A medida que las compañías de telefonía móvi van derivando una parte cada vez mayor de su negocio hacia los datos, resulta imposible mantener un cierto tipo de datos – las comunicaciones de voz – fuera de este esquema.
Para nuestros hijos, la idea de pagar por las telecomunicaciones en función de la distancia o el tiempo será simplemente una cosa que escucharon alguna vez en las batallitas del abuelo.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.