Recién llegado de un día largo en SIMO Network, que comenzó con mi charla titulada “La empresa y la web: un nuevo mapa de relaciones”, siguió con la de Julio Alonso, “Anunciantes y consumidores convergen en la red: de la cosecha de clientes a la creación de marca”, y terminó con la mesa redonda “Redes sociales y dispositivos: ejemplos de convergencia”, moderada por Carlos Domingo.
La experiencia de las tres sesiones da como para hacer algunas reflexiones sobre el uso de tecnologías y canales de retorno en este tipo de eventos: en mi charla, teniendo en cuenta que he sido personalmente el impulsor de que haya en esta edición de SIMO tanto un backchannel como una transmisión en directo en la web y que por tanto no soy para nada sospechoso de no querer usarlos, el resultado fue sumamente unidireccional. A partir de esa charla, que marcó el mínimo en interacción, en la de Julio pudimos ver un uso mucho más aprovechado del backchannel gestionado por Mario Tascón, y en la mesa de la tarde, la máxima interactividad y respuestas en directo con un eficientísimo manejo de la mano de Carlos Domingo.
¿Impresiones? En primer lugar, que no es lo mismo aplicar el uso del backchannel a una charla individual que a una mesa redonda. Hablar en público es una actividad que demanda una exclusividad mucho mayor que la moderación: yo puedo llegar a echar un ojo o dos a la pantalla del backchannel en momentos aislados, pero dedicarle la atención que merecería se me antoja una tarea imposible. A no ser, por ejemplo, que recurra al “modo asistido”: que alguien con quien yo lo haya pactado previamente me indique con un gesto o me interrumpa si aparece una pregunta o un comentario al que pueda proceder dar una contestación rápida. La situación de la pantalla también es importante: en este caso, tener la pantalla detrás claramente no ayudaba, y esa es una de las cosas que sin duda me apuntaré para otras ocasiones. La pantalla del ordenador que tenía en la mesa con el backchannel tampoco me vale, porque si te estás moviendo por el escenario, detenerte de repente para leer una pantalla es algo que corta completamente el ritmo. Y por último, el papel del moderador, que asume la responsabilidad de elegir entre las manos levantadas de la sala, las de la pantalla de Twitter, o en un momento dado, las que le surgen a él mismo. Tras la conferencia, hice un repaso de algunas de las preguntas planteadas y las respondí en Twitter alternando mensajes directos con replies, aunque evidentemente no es lo mismo responder a una pregunta desde el escenario y en persona, que hacerlo por Twitter en ciento cuarenta caracteres.
En el caso de la charla de Julio, esa gestión del backchannel la llevó a cabo Mario Tascón: escoger preguntas, darles una cierta coherencia y orden, intercalarlas con las de la sala y dar lugar a una sensación de “me espero hasta el final para ser respondido, pero mi pregunta es importante, llega al ponente y acaba recibiendo una respuesta”. En el caso de Carlos Domingo, el impacto del backchannel fue sencillamente espectacular: preguntas respondidas sobre la marcha, bromas con algunos de los comentarios, o incluso contestaciones del propio Carlos desde el escenario a través de Twitter. El papel de moderador permite la gestión de determinados tiempos en los que la multitarea resulta más posible, y el resultado genera una vivacidad y un dinamismo verdaderamente buenos, que lleva a una implicación del público mucho mayor.
Con respecto a mi charla, la he puesto en SlideShare con licencia Creative Commons BY, aunque su valor es limitado si no estuviste allí, porque al no utilizar texto, resulta poco explicativa. En cuanto esté disponible en vídeo, añadiré el enlace. La fotografía es de Marcos D. Morales.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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