Un articulo en El País de uno de los asesores más próximos a Zapatero, Jose Andrés Torres Mora, demuestra claramente la política del enroque en la que se encuentra anclado el Ejecutivo: la movilización de los internautas es un asunto partidista, son gente a sueldo de otros partidos, o de las empresas de telecomunicaciones, o de algún oscuro contubernio judeomasónico, y el único problema es que o no han entendido el tema bien, o lo malinterpretan a propósito.
Como ya demostró aquel senador con sus ataques ad hominem, lo importante no es lo que pone la ley, sino lo que nos quieren convencer que pone. Que la ley sirva lo mismo para cerrar a patadas una página web cualquiera sin intervención de órgano judicial alguno que para perseguir cosas que los jueces afirman que no tienen que ser perseguidas es algo que no tiene la menor importancia para la camarilla de palmeros que rodean a un presidente completamente desnortado en temas relacionados con la red… “la propiedad intelectual hay que protegerla… (larga pausa) … porque sino, nos quedaremos sin ella”, es todo lo que acertó a decir al respecto.
El gobierno se ha tomado esto de Internet como algo contra lo que hay que luchar con las armas de siempre: por ahora, déjalo dormir, que vienen las vacaciones y ya se les olvidará. Donde dijimos que se modificaría, que no se modifique nada: ¿para qué, si ya no están movilizados? Que el anteproyecto llegue a trámite parlamentario, y ahí, en nuestro terreno, ya veremos. El gobierno del pueblo, sin el pueblo, triste remedo de lo que se supone que debe ser una democracia: un grupo de interés cuela una disposición final de tapadillo en un anteproyecto, y ahí se queda. ¿Cómo luchar contra el aparentemente omnímodo poder de un lobby, cuando parece que el lobby lo forma el propio gobierno?
Quince días, un manifiesto y un consejo de ministros después, la disposición final del Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible sigue donde estaba, intocable, exactamente igual que cuando la Coalición de la SGAE lo coló ahí. Que una ministra de cultura te reciba, que un presidente diga que se cambiará lo que haya que cambiar, que un ministro de justicia diga que solo la autoridad judicial puede cerrar webs, que el tema esté en abierta contradicción con la Constitución… todo da igual: política del enroque, política del gesto, política del apaciguamiento, del “déjalo estar que ya se les pasará”.
Nos despertaremos un día, y esto será como China.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.