Esteban Hernández, de El Confidencial, me entrevistó por teléfono acerca de la privacidad en redes sociales y de los posibles problemas que podía acarrear el compartir demasiada información en dicha red, y hoy publica un artículo titulado “¿Despedirme por subir ese comentario? No te preocupes, mi jefe nunca entra en Facebook“.
Mi opinión en ese sentido es que estamos utilizando una herramienta en la que la gran mayoría de los usuarios entran sin plantearse su complejidad, y en la que, de hecho, un porcentaje próximo al 70% de usuarios no llegan ni a cambiar nunca las opciones de privacidad que vienen por defecto, ni tan siquiera a clasificar a sus contactos en grupos coherentes del tipo “familia”, “amigos”, “trabajo”, etc. Ante una situación de este tipo y unas opciones de privacidad necesariamente complejas – muchas variables, muchas opciones – resulta evidente que van a surgir problemas esporádicos, y que la única manera de protegerse contra ellos es el sentido común: no se trata de no compartir nada, sino de pensar cómo y con quién lo estamos compartiendo, y aplicar una natural prudencia. Nada de lo que no hayamos hablado ya por aquí…
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.