Telefonica anuncia que batirá récords de beneficios, convirtiéndose en la empresa española con mayores resultados de la historia. Decididamente, tengo que revisar la definición de “quiebra”, aquella que su Consejero Delegado, Julio Linares, empleó el pasado 30 de agosto en la primera sesión del XXIV Encuentro de las Telecomunicaciones, para hablar de “quiebra del sistema si se mantenían las actuales condiciones…”
En su momento lo dijimos: “¿Quiebra del sistema? Nada más lejos de la realidad“, y los resultados lo han corroborado en un plazo breve. Entre la “quiebra” y el “récord de beneficios” hay tanta distancia como entre el día y la noche, como entre el bien y el mal, como entre la verdad y la mentira. Me alegro, como no podía ser de otra manera, de que una empresa española obtenga un récord de beneficios, pero las conclusiones son inmediatas: si con el sistema actual obtienes récord de beneficios, no me vengas con que hay que cambiarlo porque sino el sistema entrará en quiebra.
Lo que hace falta no es bajo ningún concepto eliminar la neutralidad de la red, ni discriminar el tráfico de los usuarios, ni cambiar la estructura de tarifas. Cuando obtienes récord de beneficios, lo que tienes que plantearte – o mejor, lo que tenemos que plantearnos los usuarios – es si a esos beneficios récord les acompañan unos servicios récord, una calidad récord y unas inversiones récord que posibiliten su sostenibilidad. O si, por el contrario, te estás aprovechando de una situación de mercado determinada e hipotecando el futuro desarrollo de la sociedad de la información.
Esta tarde o mañana por la mañana se vota en el Senado una moción para garantizar el cumplimiento del principio de neutralidad de la red por parte de los proveedores de telecomunicaciones que operan en España, de modo que se asegure que los paquetes de datos que circulan por sus redes reciban siempre el mismo tratamiento, sin prioridad ni jerarquía, independientemente de su contenido, origen, destino o protocolo, y sin que se filtre el tráfico para privilegiar, degradar, limitar o impedir el acceso a cualesquiera páginas o servicios. Como ha sido desde que Internet existe, y como debe seguir siendo.
Senadores, cuando vayan a votar, piensen en esos beneficios récord de Telefonica, y en esos “mensajes” enviados que decían que “el sistema entraría en quiebra”: las telecomunicaciones se han convertido en el mayor negocio de todos los tiempos. No, no hay quiebra que valga. Lo que hay es codicia, querer exprimir más el sistema a costa incluso de cambiar la naturaleza de Internet, de adecuarlo a sus intereses para convertirse en los “aduaneros” de la sociedad de la información. Los ciudadanos queremos una red neutral, un soporte para el futuro de la sociedad de la información, no una perpetua autopista de peaje.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.