Más factores interesantes a considerar en esa “batalla de las apps” tan determinante en la competencia del segmento smartphone, y sobre la que he escrito ya algunas entradas: la amigabilidad de los procedimientos y herramientas de programación.
Llego a este impresionante testimonio de Jamie Murai, “You win, RIM! (an open letter to RIM’s Developer Relations)“, que sin duda explica muchas de las cosas que se esconden detrás del escaso desarrollo de la tienda de aplicaciones de RIM (poco más de veinte mil apps) frente a la de Apple (más de trescientas mil) y la de Android (más de ciento cincuenta mil): a pesar de ser Jamie un canadiense residente en Waterloo, que considera a RIM casi una parte del orgullo nacional, la empresa en la que trabajan muchos de sus amigos y la que financia la universidad local, ha terminado rindiéndose a la evidencia: desarrollar para RIM es un dolor de cabeza. La carta es sumamente interesante para quienes se hayan planteado la posibilidad de desarrollar aplicaciones para la compañía y quieran evitarse sorpresas. Seguro que todas las plataformas tienen sus historias de terror (si las conocéis o las habéis vivido, por favor, añadirlas en los comentarios). Pero ésta me ha parecido especialmente bien descrita.
Una persona con experiencia que ya había desarrollado anteriormente apps para iPhone y iPad y que ha estado en contacto con el programa de desarrollo de apps para Android, detalla un proceso insoportablemente lleno de burocracia, en el que le piden sus datos de manera repetitiva, tiene que pagar más del doble que en Apple o Android para registrarse ($200 frente a los $99 de Apple y los $25 de Google, algo difícil o imposible de explicar siendo RIM el competidor menos fuerte y que debería tener más interés en atraer a programadores), leer términos y condiciones increíblemente largos, y enfrentarse a instalaciones de herramientas llenas de problemas, poco amigables, y sumamente complejas.
¿La explicación? La cultura de plataforma no ha llegado a calar aún en la compañía. Persiste la que había cuando RIM era “la vedette del cabarette”, cuando los programadores hacían cola para solicitar permiso para desarrollar herramientas, cuando las licencias de las herramientas de desarrollo se podían cobrar carísimas, cuando no había que competir porque en su segmento era líder absoluto, cuando no se vivía en la economía de la abundancia, sino en la economía de la escasez. Un entorno al que sus competidores, Apple primero y Android después, han dado completamente la vuelta. Unos tiempos que no volverán. Y unas pilas que está costando ponerse.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.