14 febrero 2011

TVE y la cobertura de la gala de los Goya

La cobertura que TVE llevó a cabo ayer de la gala de los premios Goya debería desencadenar el cese fulgurante de algún responsable de la misma hoy. No ocurrirá, pero es lo que en un país mínimamente democrático debería suceder.

Pongamos las cosas en contexto: pienso, con total sinceridad, que TVE cuenta con grandes profesionales. Que seguramente en pocos sitios me he sentido mejor tratado y con mayor profesionalidad. Que la cobertura de todo lo relacionado con la ley Sinde en la web de TVE ha sido seguramente de las mejores y más completas que hemos podido tener. Y sin embargo, que ayer, en la retransmisión de la gala que se ofreció por televisión, existieron fallos clamorosos no achacables en modo alguno a descuidos, y que fueron llevados a cabo con una evidente voluntad política.

Estuve en el exterior del Teatro Real. El ambiente allí era completamente inequívoco, y ha quedado reflejado en numerosos documentos gráficos, en fotografías, en vídeos y en grabaciones de sonido. Sin embargo, la cobertura de TVE no mostró prácticamente nada de eso. Se concentró en mostrar “los vestiditos”, en hacer tomas en dirección al interior que escamoteaban a los espectadores lo que estaba ocurriendo fuera, en utilizar sonido del interior en el que el estruendo exterior podía ser confundido con gritos neutros o sin intencionalidad, e incluso en falsear lo que se estaba viviendo con frases como “numerosos espectadores han acudido para ver a sus actores favoritos”. No, TVE, no. Nadie allí estaba buscando el autógrafo o la foto de su ídolo. Nadie. Lo que había era una concentración bastante numerosa – lo que el sitio daba realmente de sí – de personas que protestaban pacífica pero enérgicamente contra un estamento, el del cine, que consideran una parodia de sí mismo, un estamento de privilegiados que viven del dinero público y desprecian a su público, al que insultan gravemente cada vez que tienen oportunidad. De la quema se salvaba Álex de la Iglesia, vitoreado cada vez que salía o aparecía en la pantalla exterior. Los demás, recibieron improperios, silbidos y gritos de “fuera, fuera” (e incluso algún huevazo que por supuesto no representaba en modo alguno el espíritu y la actitud de los allí congregados, que llegaron a gritar en contra de dicha acción), y no se detuvieron en la alfombra roja hasta llegar al interior del teatro. Momento que TVE aprovechaba, eso sí, para mostrar “lo monísimos que iban”, sin hacer mención alguna a lo que ocurría fuera.

Lo de ayer fue una manipulación en toda regla. Un clarísimo engaño al espectador realizado en la cadena de televisión pública, en la que pagamos todos. Una actitud intolerable que habla por sí misma, y que demanda el cese de quien tomó la decisión de llevarla a cabo. Para TVE, lo importante no es lo que realmente pasó – que saben ampliamente documentado en la red – sino lo que decidieron mostraqr al ciudadano medio, al que no se mete en la red ni busca la verdad. Lo importante es el cuento de hadas y los vestiditos, la fachada que oculta una realidad podrida.

Si estuviste allí, cuenta lo que viste. Si eres un trabajador de TVE – realizadores, cámaras, montadores, etc.) y puedes dar datos de las órdenes que recibiste allí, cuéntalo desde el anonimato. Aparentemente, TVE ha caído en la más absoluta esquizofrenia: mientras las personas relacionadas con la web pululaban por el exterior twitteando, subiendo fotografías y hablando de lo que allí se estaba viviendo, la pantalla de la televisión mostraba imágenes de un bello cuento de hadas y, como mucho, pasaba rápidamente la cámara por los laterales de la alfombra roja cuando no quedaba más remedio. O se entretenía con tomas del helicóptero que sobrevolaba la escena, para evitar detenerse en las máscaras y en los ciudadanos que gritaban. La llegada de la ministra Ángeles González-Sinde, documentada en vídeo por un comentarista habitual de esta página, pareció en TVE algo tranquilo y sosegado, como un dictador que descendiese de su avión en una república bananera entre los vítores de sus acólitos.

Simplemente, una vergüenza. La televisión pública, al nivel de las que, en dictaduras por todos conocidas, ocultan y falsean la información que llega al ciudadano medio. Un auténtico NO-DO de los de antes. Una basura. ¿Quién, en último término, dio la orden de hacer algo así? Que se sepa la verdad.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

1 comentario:

  1. "Si eres un trabajador de TVE – realizadores, cámaras, montadores, etc.) y puedes dar datos de las órdenes que recibiste allí, cuéntalo desde el anonimato"

    ¿Desde cuando vale lo de criticar desde el anonimato en este blog? ¿Puedo contar yo desde el anonimato lo chapuceros que son los masters del IE y lo poco preparados que están sus profesores? Es que yo pagué 29.000 euros por un master que fue una mierda pero no quiero que mis futuros empleadores sepan que voy denigrando el título por el cúal estoy pidiendo un aumento de categoría y sueldo.

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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.