Llevo un cierto tiempo monitorizando una empresa, BrightFarms, a su CEO, Paul Lightfoot, y sus principios del tipo ultra-local y smart-farming, y un artículo suyo en GigaOM titulado “How a new business model could revolutionize fresh food“ me ha llevado a elaborar un poco el tema.
La cuestión tiene su envergadura: el desarrollo de la agricultura fue el factor fundamental que levó al hombre a abandonar el nomadismo, y puede considerarse, por tanto, una de las bases fundamentales de nuestra civilización. Los progresos en agricultura han sido enormes a lo largo de los siglos, multiplicando la productividad por factores inimaginables y logrando enormes avances en selección, tratamiento, resistencia, contro de plagas, etc. Y sin embargo, todo ese progreso nos ha llevado a un sistema tremendamente ineficiente en la distribución y en el uso de recursos: a pesar de tener la agricultura más productiva de todos los tiempos, vivimos en un sistema que se dedica a mover vegetales por el mundo generando una desmesurada huella de carbono e introduciendo increíbles retrasos entre el momento en que el producto es recogido e ingerido, a la vez que provocando un desplazamiento de los márgenes de la cadena de valor desde el que verdaderamente genera el valor, el agricultor, hacia una cadena de intermediarios.
Paul Lightfoot participó en TED Manhattan el pasado febrero, y vale la pena echar un ojo a su presentación o a los vídeos de la compañía en Vimeo: un planteamiento de granjas de cultivo hidropónico centradas en la eficiencia, capaces de generar una eficiencia sin precedentes, pero de dar lugar además a un desarrollo hiperlocal, a frutas y hortalizas cultivadas a pocos kilómetros del lugar donde vivimos, o incluso asociados a los centros de distribución. Alguno de sus proyectos, como la instalación de invernaderos encima de los supermercados diseñados para producir más de doscientas toneladas de verduras y hortalizas con el trabajo de unas diez personas y virtualmente sin coste de transporte, han recibido recientemente cierta atención mediática.
Posiblemente sea España, en el poniente almeriense, el país en el que se haya desarrollado de una manera más clara el concepto de agricultura hipereficiente bajo plástico. Un desarrollo tecnológico que tiene ya mucha historia, que abastece a una buena parte de Europa, y que, sin embargo, ejemplifica muchos de los problemas delineados por esta corriente: largas cadenas logísticas y reparto poco deseable de los márgenes. Mejorar la logística no va a ayudar al progreso ni a la resolución de estos problemas. Y de ahí un concepto, el de hiperlocal aplicado a la agricultura, que está empezando a dar que hablar en los Estados Unidos, cuando una buena parte de la base tecnológica de su eficiencia se está generando aquí, en el mar del plástico de Almería, con mejoras incrementales en círculos virtuosos que llevan teniendo lugar muchos años.
¿Alguien va a intentar poner este tipo de tendencias en valor a este lado del charco?
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.