El New York Times dedica uno de sus artículos de tendencias a un fenómeno que me parece interesante: el uso médico de aplicaciones en el teléfono móvil. O mejor, el uso del móvil, que después de todo no deja de ser un conjunto de sensores, para monitorizar determinados aspectos de sus pacientes y para inducir determinadas conductas saludables en su modo de vida. El artículo se titula “Coming next: using an app as prescribed“, y me parece recomendable para todos los interesados en el tema de la salud.
Pocas cosas han inducido tantos cambios en mis hábitos de vida como algunas aplicaciones de móvil. El hecho de llevar el dispositivo en todo momento encima facilita su uso para controlar cuestiones que van desde el ejercicio físico a la nutrición, pasando por muchas otras variables en cuanto lo combinamos con otro tipo de sensores, y juega un papel fundamental en la monitorización, motivación, recordatorio o control de variables con efectos en la salud.
Con la combinación adecuada de aplicaciones y, en algunos casos, sensores, el móvil puede convertirse en un dispositivo capaz de proporcionar información a un nivel pocas veces imaginado en Medicina, en un dispositivo que resulta cómodo y adecuado para el paciente, y con unos niveles de coste sorprendentemente bajos con respecto a la instrumentación tradicional. En el caso del control de los niveles de glucosa en sangre para diabéticos, por ejemplo, el control puede llevarse a cabo de manera manual traspasando los valores medidos en un dispositivo con la periodicidad que el móvil nos indique, o incluso vincularse al mismo para que estos valores se trasmitan de manera automática, de manera que puedan ser a su vez llevados a una aplicación y monitorizados en tiempo real. De ahí que algunas aplicaciones hayan logrado ya obtener la aprobación de la prestigiosa Food and Drug Administration (FDA) norteamericana.
La idea tiene implicaciones interesantes de cara a cuestiones que van desde un papel más activo y preventivo de la Medicina, hasta su uso en la industria del seguro médico: del mismo modo que algunos conductores obtienen bonificaciones en sus pólizas de seguro de automóvil a cambio de instalar un dispositivo de tipo “caja negra” en sus vehículos que envía información sobre sus hábitos de conducción a su compañía, un procedimiento cada vez más popular y requerido sobre todo por familias de conductores jóvenes, las compañías de seguros podrían vincular determinadas pólizas a la monitorización de ciertos hábitos de vida, con todo lo que ello conlleva en términos de cambio de enfoque en cuestiones como la privacidad. La salud es percibida por la mayoría de las personas como un factor crítico capaz de justificar cosas que no podrían ser justificadas de otra manera, lo que puede llevar a procesos de adopción más rápidos de lo habitual. Por otro lado, los posibles efectos sobre la investigación médica de la mayor abundancia de datos que proporcionaría tener una población significativa de personas contribuyendo con datos transmitidos desde sus móviles a posibles estudios podría significar toda una nueva frontera, de la que hemos hablado anteriormente en dos artículos dedicados a la interfaz entre Big Data y Medicina (1 y 2).
Tu médico, preguntándote qué móvil utilizas y recetándote una app. Los tiempos están cambiando…
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.