Uno de los temas estrella presentados por Steve Jobs en el WWDC 2010 fue indudablemente FaceTime, una aplicación de videollamada construida mayoritariamente sobre estándares abiertos y que Apple ha prometido liberar en su totalidad para permitir desarrollos de otras compañías sobre su base. En su versión actual, FaceTime funciona únicamente sobre redes WiFi salvo que se lleve a cabo un jailbreak del terminal, y está asociado únicamente al uso de como terminales del iPhone 4 y del iPod Touch de 4ª generación.
Por el momento, la mayor parte de las opiniones acerca de FaceTime han tenido un componente de uso casual, basado en unas pocas experiencias: llamo a una persona, selecciono durante la llamada la opción de FaceTime, y puedo hablar con mi interlocutor mientras nos vemos las caras, consumiendo en torno a tres megabytes por minuto de conversación.
Hasta el momento, este tipo de aplicaciones han fallado de forma mayoritaria: el incentivo de ver la cara de nuestro interlocutor, contrariamente a lo que el sentido común y la incorporación de códigos gestuales y lenguaje no verbal indica, no es una adición que demande una atención excesiva. Eso, unido a la dificultad de uso no de la aplicación de sí, sino de temas como la postura (hay que sujetar el teléfono con el brazo extendido para evitar que se vea un primerísimo plano distorsionado de nuestra cara, lo que dificulta el uso en lugares públicos), la indumentaria o el entorno, ha llevado a un nivel de uso típicamente muy bajo (aunque se hable de una industria en concreto, la pornografía, que ha cifrado muchas de sus esperanzas en FaceTime). Sin embargo, un interesante artículo en Wired, “Steven Levy on FaceTime and sharing the view“, apunta un tema muy interesante: el uso de la segunda cámara del dispositivo para compartir con el interlocutor no nuestra cara, sino algo que puede, para muchas cuestiones, ser más interesante: nuestro punto de vista. Así, sujetar el teléfono próximo a nuestra cara y apuntar con la cámara a lo que queremos mostrar a nuestro interlocutor podría demandar un uso bastante más creciente y versátil que aquel para el que la videoconferencia fue originalmente diseñada. Videocasting en vivo, comentarios sobre temas de interés común que están sucediendo delante de la cámara, y toda una creciente gama de posibilidades que irán siendo apuntadas a medida que el tema se popularice.
¿Y tú? ¿Te ves utilizando videollamadas de este tipo con una mínima regularidad? ¿Justificará FaceTime el entusiasmo con el que fue presentado?
(Enlace a la entrada original - Licencia)
realmente quisiera poder probar facetime gratis me ha encantado tu artículo sobre ella
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