¿Que lleva a empresas tecnológicas tan dispares como Google, IBM, Adobe, Oracle, Nokia, Opera y varias más a denunciar el Anti-Counterfeiting Trade Agreement, conocido como ACTA? Un análisis de las razones esgrimidas nos llevan de manera rápida a entender lo que realmente se esconde detrás de este siniestro tratado, sin duda el intento más directo vivido hasta el momento de ahogar el desarrollo futuro de la red como vehículo de innovación y de consagrar las inadaptadas leyes de propiedad intelectual de cara al futuro como si estuviesen escritas en piedra.
En primer lugar, ACTA es una manera de meter en el mismo saco cosas enormemente dispares y no relacionadas, un caballo de Troya que, bajo la apariencia de querer proteger el comercio internacional y evitar las falsificaciones de artículos, contiene auténticas barbaridades que nada tienen que ver con ese tema, que han sido negociadas con una total y absoluta falta de transparencia, y que únicamente favorecen a determinados y muy concretos intereses económicos.
ACTA extiende por omisión el modelo de patentes de software norteamericano a todo el mundo, provocando problemas para los desarrolladores de software y dando a las grandes empresas posibilidades de ahogar de facto la innovación. Además, ACTA bloquea en gran medida el desarrollo de medicamentos genéricos, dejando a una parte importante de la humanidad sin acceso a la medicinas que pueden salvarlos, aliviar sus problemas o mejorar significativamente su calidad de vida. Por si fuera poco, en una asociación de ideas ya completamente inverosímil, ACTA convierte a los prestadores de servicios de conectividad en una auténtica “policía del copyright”, que vigila y denuncia a sus usuarios violando derechos fundamentales como el secreto de las telecomunicaciones, con el único fin de proteger el negocio de los intermediarios del copyright.
ACTA es, por su concepción y redacción, una auténtica aberración liberticida, la mayor amenaza de cara al futuro que el buen uso de la tecnología nos podría proponer. Que las empresas tecnológicas se opongan a ACTA es algo absolutamente lógico: contrariamente a la indiferencia generalizada de muchos ciudadanos, estas empresas se han tomado el tiempo de examinar cuidadosamente ACTA y de proyectar sus consecuencias de cara al futuro, y la visión de ese futuro les ha parecido aterradora. Si quieres firmar en contra de ACTA, puedes hacerlo en esta página, que lleva ya recogidos más de setenta y cinco mil apoyos. Dada la actitud antidemocrática de sus proponentes y negociadores, nada garantiza que vaya a servir de algo, pero al menos habrás dejado patente tu oposición y disconformidad.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.