29 septiembre 2010

Sobre TechCrunch y AOL

La noticia comenzó a circular el 27, primer día del evento TechCrunch Disrupt, a través de una fuente habitualmente fiable como GigaOM: TechCrunch, uno de los blogs tecnológicos más importantes del mundo, estaba a punto de cerrar su venta a AOL. Al día siguiente, Michael Arrington, fundador de TechCrunch, salió al escenario con Tim Armstrong, CEO de AOL, y firmaron la transacción públicamente. Michael, por supuesto, escribió inmediatamente la entrada contando la historia completa con sus antecedentes y expectativas, mientras GigaOM se congratulaba por lo acertado de su historia. El precio de la transacción no ha sido revelado, pero algunas fuentes lo sitúan por encima de los veinticinco millones de dólares.

La historia es sumamente interesante: desde que Michael Arrington fundó TechCrunch en 2005, su historia ha sido una secuencia constante de éxitos. De ser un muy buen blog personal, hecho desde la Meca del mundo online y con una muy bien desarrollada vocación por escribir buenas historias, pasó a expandir su ámbito contratando un equipo cada vez mayor de bloggers, generando cada vez más publicidad pero sin que fuese excesivamente molesta, y añadiendo una línea de producto basada en eventos físicos (que comenzaron con simples fiestas en casa de Michael) que se convirtió en un fantástico complemento a la generación de material y ha terminado dando lugar a conferencias, como el TechCrunch Disrupt que hoy termina, que se han convertido en verdaderos referentes. Michael ha compartido siempre sus sensaciones con respecto a TechCrunch y a su vida: desde darse cuenta por las malas de las presiones que conlleva tener un blog de referencia en el que muchos desean estar, hasta los problemas de tener bloggers que no cumplían las reglas, pasando por cosas tan personales como su día a día o su forma de ser. Para mí, TechCrunch es desde hace mucho tiempo uno de mis blogs de referencia, en el que descubro muchos de los temas de los que quiero hablar, y el que tiene uno de los índices de utilidad, una de las variables que yo uso como referencia personal (número de entradas que leo frente a uso que les doy en el blog, en Delicious o en referencias) más elevados.

La adquisición tiene un precedente inmediato que es imposible no usar como referencia: la adquisición de Weblogs, Inc., la empresa fundada por Jason Calacanis, a AOL el 6 de junio de 2005 por veinticinco millones de dólares. Más de cinco años después, parece evidente que AOL compró a muy buen precio, y además, que supo comprar: a pesar de la salida de personas supuestamente claves en la organización como Peter Rojas, Ryan Block o el propio Jason Calacanis, los blogs que en su momento fueron adquiridos por AOL mantienen un envidiable estado de forma, siguen entre los más influyentes y leídos del mundo, generan mucho dinero en publicidad, y mantienen su frescura e independencia a nivel editorial.

La clave está claramente ahí: en saber comprar. Que una empresa de medios grande y establecida adquiera una startup entra dentro de lo lógico: se trata de adquirir habilidades que se han desarrollado en otro sitio y en otras condiciones, y que sería muy difícil, cuando no imposible, desarrollar internamente. Pero si compras, y por el hecho de haber comprado, desvirtúas la naturaleza y características de la empresa adquirida, pierdes a las personas importantes en ella y la conviertes en una continuación de la cultura y modo de hacer las cosas que ya tenías, has cometido una total estupidez. El momento de la verdad, por tanto, no está en la compra, sino en el desarrollo posterior, en la integración. Los fundadores o los accionistas principales tendrán seguramente entre sus objetivos personales irse a otro sitio a hacer otras cosas con su bien ganado dinero e intentar retenerlos más allá de dos o tres años puede ser contraproducente, pero es fundamental asegurarse de que la cultura que generaron permanezca allí, o habrás comprado una marca como quien compra un caparazón vacío y sin alma.

En el caso de AOL, todo indica que no será así. La independencia editorial parece estar garantizada, y la empresa ha hecho un enorme énfasis tanto en intentar retener el talento, como en asegurarse de que no desaparezca cualquiera que sea la cosa que hace especial a TechCrunch. Las sinergias, por otro lado, son importantes: el equipo de ventas de TechCrunch ha probado su valor a lo largo de muchos años y seguirá en sus puestos, pero ahora se beneficiará de los acuerdos y de la llegada a las empresas clásicas de su homólogo en AOL: no es que en TechCrunch quepa mucho más inventario publicitario, pero indudablemente, se podrá optimizar su valor sin llegar a resultr molesto o intrusivo.

Las dos adquisiciones de AOL en el mundo de los blogs se convierten en la referencia para los medios clásicos que quieran evolucionar y generar valor en el escenario actual: si no puedes desarrollar internamente, compra, pero no mates el espíritu de lo que has comprado. Curiosamente, toda una lección interesante de parte de quien en su momento llevó a cabo la operación de fusión con Time Warner, seguramente una de las peores operaciones de M&A de la historia… se ve que hay que fracasar alguna vez para aprender a hacer las cosas bien.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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