Miguel Ángel Uriondo, de Actualidad Económica, me envió un par de preguntas por correo electrónico acerca de los MBAs online, sobre su posible discriminación por parte de las empresas en general, el networking entre los alumnos, y mi experiencia como profesor en ese sentido. Ha incluido el texto en su artículo titulado “Formación y MBA para dejar atrás la crisis” (pdf), publicado este mes.
A continuación, el intercambio completo de preguntas y respuestas que crucé con Miguel Ángel:
P. ¿Crees que las empresas discriminan negativamente los MBA conseguidos vía online? Algunos head hunters me dicen que el networking que se consigue es menor que en los presenciales. En cierta forma, me parece una contradicción que hacer algo online esté enfrentado con el networking.
R. No, en absoluto. No es que no lo crea, es que positivamente nos consta que no ocurre. El producto más caro de IE Business School es un Executive MBA online, y no solo no es discriminado, sino que es más apreciado por las empresas, por lo que tiene de exposición a ambiente internacional en todos los sentidos (suelen ser grupos de treinta alumnos con más de veinte nacionalidades, y típicamente personas que escogen un master online porque en modo alguno podrían hacerlo presencial: nacieron en un sitio, viven a caballo entre otros dos, viajan mucho, etc.) Esa idea de que las empresas discriminan proviene de quienes ofrecen un master online en el que lo que hacen es básicamente poner contenidos en una plataforma para que los alumnos “las estudien”, algo completamente alejado de lo que es o debería ser un master. En un master online, la interacción entre los alumnos o entre alumnos y profesor es decididamente más fuerte y personal, la conciencia de grupo es mayor y la discusión de los casos es más profunda que en uno presencial. Si no es así, es que el planteamiento del programa es sencillamente malo.
P. ¿Tienes experiencia enseñando en formatos online? ¿Qué puedes decir de la experiencia? ¿Crees que la introducción de videoconferencia en smartphones y tabletas podría tener algún efecto sobre este tipo de enseñanza?
R. Llevo dando clase en grupos online desde el 2000, y la experiencia es impresionante, aunque agotadora. Una sesión online es muchísimo más dura para el profesor que una presencial, y aunque se paga mejor, no compensa desde el punto de vista estrictamente económico. Sí compensa en el sentido de que las discusiones son más profundas (no hay comparación entre lo que puede decir un alumno levantando la mano en clase o un profesor contestando, y lo que se puede escribir en un online con todos los recursos de la red disponibles a un clic de distancia) y por tanto las clases online valen como preparación para las presenciales. Pero el online es, esencialmente, un producto mejor debido a las mejores posibilidades del medio. Los smartphones y tabletas ayudan a que la presencia del alumno en la plataforma sea más ubicua: los alumnos, realmente, no desconectan, y el proceso de aprendizaje se vuelve más eficiente. Eso sí, la experiencia es sumamente dura en términos de trabajo, atención, etc.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.