A partir de mi entrada sobre el abandono de la impresora, que en ningún momento pretendía ir más allá de la constatación de la evidencia de que yo, personalmente, ya prácticamente no la uso sin que ello suponga ningún tipo de cruzada personal, sino que simplemente ya no me encaja en mi vida cotidiana, varias personas me han preguntado sobre mis hábitos en la toma de notas en reuniones, etc.
Mi respuesta es absolutamente simple, prácticamente minimalista: Evernote. Soy fiel al programa desde hace ya un montón de tiempo, a pesar de haber evaluado consistentemente muchos otros. Y me he acostumbrado tanto a su uso y a dar por sentadas algunas de sus funciones principales, que la sensación que tengo es como que siempre ha estado ahí.
Mi rutina es muy sencilla: empiezo una reunión, y abro el dispositivo que encuentre más adecuado al momento. Si estoy en mi despacho, como tengo el ordenador abierto, suelo tomar notas en el ordenador, aunque tengo la costumbre de apartarlo a un lado de la mesa para que no parezca una especie de “barrera” entre la persona y yo. Si la reunión es fuera, suelo llevarme el iPad, y si hablamos de una nota rápida tomada en un momento aislado, o de algo que surge inesperadamente y me pilla sin el Pad, en el teléfono. Abro Evernote, y la nota se abre directamente con el título de la cita que corresponda en ese momento en mi Google Calendar (adoro esto, para una persona tan sumamente desordenada y olvidadiza como yo, me resulta fundamental para mantener el orden y encontrar la nota que necesito en un momento dado). Voy directamente a la lista de puntos, y tomo notas generalmente cortas. No hago diagramas ni escribo a mano, uso el teclado del dispositivo. No tengo ningún problema con el del iPad, táctil pero suficientemente grande, y sí lo tengo con el de los teléfonos desde que dejé BlackBerry: antes, con BlackBerry, tomaba notas en el terminal sin ningún tipo de pereza, ahora soy algo menos eficiente y me resulta algo más incómodo, aunque lo sigo usando en bastantes ocasiones porque sé que si no tomo nota de muchas cosas, me olvido de ellas con matemática certeza. Es importante ser consciente de las propias limitaciones.
Para el uso de notas que realmente hago, con frases cortas en una lista de puntos me resulta suficiente. Poco sofisticado, pero fundamental: sino tomase esas notas, se me olvidaría todo, creo que soy como mi primer ordenador, el ZX81, y que debo tener únicamente 1K de memoria :-) ¿Lo mejor? Que una vez tomadas las notas de la reunión, ya no tengo que hacer nada. Esas notas están allá donde las necesite, en el dispositivo que las necesite, y puedo encontrarlas por título o buscando una palabra o nombre en ellas. No hay más complicación. Evernote tiene muchas más funciones, desde notas tomadas a mano, hasta guardado de páginas web o documentos… genial, si algún día las necesito, ahí están. He visto gente fotografiar papeles para guardarlos en Evernote, fotografiar personas para recordar sus caras, tomar notas con stylus o con teclados externos… para mi uso habitual, me llega con lo que hago, y me va de maravilla: completamente paperless, mucho más ineficiente, y plenamente seguro de que la nota estará ahí cuando la necesite. Simple is beautiful.
¿Vuestras experiencias con Evernote o con programas similares?
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.