Jack Dorsey es una de esas personas en la web que vale la pena seguir: joven, innovador y brillante, fue una de las mentes junto con Biz Stone detrás de la creación en únicamente dos semanas del primer prototipo de Twitter, con el que fueron capaces de interesar a Evan Williams.
La semana pasada me confirmaron en Twitter que ya únicamente mantenía un puesto de Consejo allí y que llevaba cerca de un año trabajando en otro proyecto del que se sabría algo muy pronto, pero no esperaba – ni él seguramente tampoco – que la cosa se filtrase tan rápido: se trata de SquareUp, conocido hasta ahora como Squirrel, un proyecto para convertir al iPhone o iPod Touch en un medio de pago mediante tarjeta de crédito.
La idea, según lo que se conoce hasta el momento, es añadir al terminal un pequeño lector de banda magnética que se enchufa al conector de los auriculares, y que transmite los datos de la tarjeta de crédito a la aplicación. En la aplicación, el empleado o la persona a la que se hace el pago introduce el importe correspondiente, y el cliente confirma firmando con el dedo e introduciendo (cualquiera de los dos) el correo electrónico para el envío del recibo. El pago es procesado a cambio de un fijo más un porcentaje de la transacción, el dinero es transferido directamente a la cuenta de la tienda, y el cliente recibe un documento en el que se acredita la transacción y que incluye un pequeño mapa a efectos de recordatorio y archivo. El lector, de diseño minimalista y conocido como square, podría ser regalado a los clientes que abre una cuenta – su coste de fabricación se ha estimado en unos cuarenta centavos – y permitiría a cualquier persona con un iPhone recibir pagos mediante tarjeta de crédito, algo para lo que ahora es necesario un terminal dedicado. Después de todo, un iPhone no deja de ser un ordenador: utilizarlo para procesar datos de tarjetas de crédito o para introducir una firma parece una idea sencilla e interesante.
La idea, en cualquier caso, resulta intrigante, porque no intenta, como han hecho sistemas de pago anteriores, sustituir la tarjeta de crédito, sino ofrecer un sistema de lectura de la misma sencillo y atractivo. En principio – y aquí es todo especulación, porque de la idea aún no se conoce tanto – el cliente seguiría llevando su tarjeta consigo, pero la pasaría por el lector del iPhone en lugar de por la típica bacaladera o por la caja registradora del vendedor. Tal y como lo veo, el potencial de la idea está, en primer lugar, en ofrecer una gran usabilidad, y en vincular su uso a algún tipo de plataforma que pueda servir como canal de marketing para los comerciantes, posiblemente vinculado a aspectos geográficos. Por el momento, en la página web aparecen los nombres y logotipos de seis pequeñas tiendas (una de ellas es un instructor de vuelo), algunas de ellas con sus direcciones en Twitter, y que se supone serán comerciantes con los que se estarán llevando a cabo las pruebas de concepto. Pero queda mucho por saber, especialmente en lo tocante a las posibilidades del mecanismo de la transacción.
La filtración proviene de una pequeña investigación de Engadget, y los detalles han sido publicados ya en varios sitios. La idea de un medio de pago asociado a un terminal como el iPhone, en principio, parece interesante, y puede tener muchas implicaciones de cara a la seguridad o a los pagos entre particulares. Los medios de pago son una de las áreas en las que ha habido más desarrollos fallidos y donde queda mucho por experimentar para obtener un sistema que satisfaga todos los requisitos de seguridad y concilie todos los intereses existentes de actores sumamente poderosos: compañías de tarjetas de crédito, bancos, comerciantes, etc. En este terreno, una iniciativa vinculada a un dispositivo como el iPhone es seguramente capaz de generar un cierto nivel de atención.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.