Tras mucho especular con aquellos datos de Credit Suisse que calculaban que YouTube provocaba a Google un coste en ancho de banda de 1.65 millones de dólares al día, resulta que, en realidad, la factura de ancho de banda de YouTube le viene a salir a Google por aproximadamente… cero dólares.
Veo en Wired, “YouTube's bandwidth bill is zero. Welcome to the New Net“, como un nuevo estudio de Arbor Networks demuestra el fortísimo proceso de concentración que Internet ha vivido en los últimos años, y cómo eso está haciendo que el negocio de mover bits de un lado a otro se convierta en un entramado de acuerdos de intercambio entre grandes redes, entre las cuales la enorme red de fibra oscura progresivamente adquirida por Google juega un papel fundamental. Con su red de centros de datos distribuida por todo el mundo y la cantidad de fibra óptica adquirida a lo largo de los años, Google es hoy, en realidad, uno de los mayores actores en la provisión de infraestructuras de conectividad del mundo, no simplemente alguien que se dedica a pagar cuantiosas facturas a terceros que poseen dicha infraestructuras.
Según el estudio, la estructura piramidal y distribuida de Internet ha pasado a convertirse en una red en la que las treinta páginas web más grandes sirven el 30% del tráfico, y lo hacen en su mayor parte a través de sus propias infraestructuras de fibra o de centros de datos distribuidos en todo el mundo, aligerando enormemente los costes e intercambiando capacidad con los actores tradicionales. El hecho de que una décima parte del tráfico mundial de datos se origine o termine en un servidor de Google pone a la empresa en una situación parecida a la de las grandes Content Delivery Networks (CDN) como Akamai, LimeLight, EdgeCast, Level 3 y otras, con las que intercambia tráfico para obtener mayores niveles de eficiencia. Y lógicamente, en acuerdos en los que el tráfico pasa a ser la moneda oficial de cambio, quien genera mucho tráfico tiene mucho que ganar. En la práctica, como afirmaba el YouTube Biz Blog en su entrada al estilo de los cazadores de mitos del pasado Julio,
“Nuestra infraestructura está construida básicamente desde cero, lo que significa que los modelos que utilizan los precios estándar de la industria sobrestiman claramente nuestros costes de ancho de banda. Estamos en un punto en el que el crecimiento es claramente bueno para nuestros resultados, no malo.”
Una parte del misterio, por tanto, se soluciona solo: ¿cómo puede Google soportar los enormes pagos por el ancho de banda consumido por YouTube? Simplemente, porque no tiene que hacerlos. Porque se limita a intercambiar tráfico, sin intercambio alguno de dinero, con los mayores ISP de la red. Viene a ser lo que en 2006, a pocos meses de la adquisición de YouTube por Google, comentábamos aquí: YouTube no era, una vez puesta en manos de Google y aplicadas las correspondientes sinergias, la máquina de perder dinero que muchos comentaban, sino un diamante a la espera de ser pulido. Tres años después, superada la paranoia de las demandas y adquirida la dimensión adecuada, YouTube es lo que es: uno de los principales pilares de la red, uno de sus usos más asentados, y un negocio que monetiza la atención que genera en un porcentaje cada vez mayor. Aquí, puntadas sin hilo, se dan solo las justitas…
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.