18 diciembre 2010

Gran momento para releer 1984

No sé cuándo tuviste oportunidad de leer 1984, una de las obras más visionarias e impresionantes de George Orwell, pero tanto si no la has leído como si lo hiciste hace tiempo, te costará encontrar una mejor ocasión para hacerlo. No es un recurso retórico: si no leíste aún 1984, hazlo ya. Tienes librerías para comprarlo, infinidad de sitios de donde bajarlo cómodamente, y unas vacaciones por delante. Si ya lo leíste, pero fue, como muchos, cuando te lo recomendaron en el bachillerato o hace años, es el momento de releerlo.

Una nota de Vint Cerf en el blog oficial de Google alerta acerca de lo que sin duda se ha convertido en la deriva más preocupante para todos los que consideramos la red una parte importante de nuestras vidas: el progresivo intento de toma de control de la misma por parte de los gobiernos, tomando posiciones en los organismos de control y planteando esquemas completamente antinaturales frente a la naturaleza intrínsecamente abierta de Internet.

La toma de control de los gobiernos sobre la red se está estructurando a través de múltiples frentes: pretenden gobernar a qué páginas vamos, a qué podemos y no podemos enlazar, qué se puede descargar, incluso qué puede o no transmitirse y a qué velocidad puede hacerlo. Debates como el de la propiedad intelectual o el de la neutralidad de la red esconden una realidad evidente: estamos dejando que decisiones importantísimas y con un marcado componente intervencionista recaigan en manos de ignorantes, imbéciles y desinformados, manipulados además por intereses comerciales perversos, por demandas absurdas o cortoplacistas que amenazan con hipotecar el futuro del más importante instrumento de libertad que la humanidad ha diseñado desde que salió de las cavernas.

Las amenazas que se ciernen sobre la red son serias, muy serias. No estamos hablando de si podremos o no bajarnos música o ver películas y series en la web. Estamos tomando decisiones que condicionan muy seriamente en qué manos ponemos la innovación, la generación de valor, nuestras libertades más básicas y fundamentales, nuestro desarrollo como sociedad. Frente a poderes enormemente estructurados, con ilimitados recursos económicos y llegada a todos los estamentos del poder, solo estamos nosotros: ciudadanos, usuarios de la red, voces dispersas, buenas intenciones y voluntades aparentemente imposibles de alinear. Un poder que se aleja de los ciudadanos, pero que mantiene intacta su capacidad de determinar sus destinos con manipulaciones burdas, leyes que se aprueban de puntillas, injusticias manifiestas y fraudes de todo tipo. Un poder mediatizado, desprestigiado, italianizado, opaco, esclavo de mil intereses bastardos, incapaz de ilusionar o convencer, perteneciente a una generación perdida incapaz de entender la red o lo que ésta significa.

De esta no nos va a sacar nadie, solo nosotros mismos. ¿Estás ahí, o prefieres perderte en discusiones bizantinas que terminarán siendo completamente irrelevantes? Léete 1984 y mira lo que se nos viene encima. ¿Hay alguien? ¿Alternativas?

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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