Estoy pasando una semanita de vacaciones en la playa con la familia, un descanso del que hacía tiempo que tenía ganas. La conexión aquí es más bien irregular e incómoda, así que es posible que algunos días escriba a horas extrañas debido a la diferencia horaria, o simplemente no escriba.
Antes de salir llamé al 609 como hago habitualmente para interesarme por las tarifas de roaming de datos. Sin ánimo de que lo que diga ahora pueda ser interpretado como fidedigno, dado que es simplemente lo que entendí de la persona con la que hablé (si vas a salir de España y te interesa, llama tú y comprueba la información), me llamaron la atención dos cosas: uno, una mejora cualitativa muy palpable en la calidad del servicio, incomparable con respecto a la época en la que escribí esta entrada o esta otra dando las quejas por lo que para mí era una calidad de servicio inaceptable (las cosas hay que destacarlas también cuando evolucionan en la dirección positiva).
Dos, un efecto de los llamados “bill shocks”, sobre los que escribí en su momento: ante las quejas de clientes que salían del país y, tras utilizar su teléfono con normalidad, recibían facturas muy elevadas, Movistar ha optado por una tarifa de roaming de datos de ocho euros al día, aparentemente sin límite, que se activa de manera automática en ausencia de otro acuerdo. Hay tarifas más ventajosas para estancias de una semana o más, pero la idea de una tarifa activada por defecto que se pone en marcha al encender el teléfono en el extranjero y que tiene un techo máximo de gasto por transmisión de datos de ocho euros es notablemente mejor que la opción anterior, en la que se contabilizaba por datos transmitidos. De nuevo: aunque estés en mi misma situación, mismo operador y también con BlackBerry, infórmate convenientemente antes de salir del país (no quiero reclamaciones en los comentarios :-)
En los próximos días, por tanto, entradas irregulares o descanso total, actualizaciones a través de Twitter, Facebook o Foursquare desde la BlackBerry, y relax, mucho relax. Para aquellos que me han preguntado sobre la reunión que Alex de la Iglesia está organizando en la Academia, efectivamente, me han llamado, pero no puedo acudir, me pilla todavía aquí. Y de nuevo, como en ocasiones anteriores: no, no me ha nombrado nadie como representante de nada ni de nadie, ni falta que me hace, ni me presentaría si hubiera una votación para ser elegido como representante de nada ni de nadie más que de mí mismo. Por más que les cueste entenderlo a algunos, y aquí va por escrito y en negrita por si alguien lo dudaba, jamás me verán en un cargo electo de nada, no tengo ningún interés en una carrera política, no voy a ser jamás ni ministro ni secretario de estado de nada, incluso aunque alguien estuviese tan loco como para proponérmelo. Soy profesor, es lo que quiero ser, y es lo que seguiré siendo mientras me dejen. A ese tipo de reuniones simplemente me llaman, y yo voy si creo que puedo aportar algo (o en este caso, no voy). Es posible que escriba algo sobre el tema estos días, sobre cual sería mi postura de cara a una reunión así, pero eso es todo. Disfruten de las vacaciones, que yo me voy ahora mismo a dar un bañito a su salud :-)
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.