Miguel Ángel Criado me pidió ayer por la tarde algunas opiniones sobre Chrome OS al hilo de la presentación que hizo Google (de hecho, antes de que tuviese lugar ésta), y hoy ha insertado algunas partes de las mismas en este artículo de Público titulado “Google estrena su sistema operativo Chrome“. A continuación, como hago habitualmente, el contenido completo de las tres preguntas y respuestas que nos cruzamos:
(Enlace a la entrada original - Licencia)P. ¿La clave del triunfo de Chrome OS es su gratuidad o el acuerdo con los fabricantes?
R. La clave de Chrome OS, que ya veremos de si su triunfo, es una filosofía basada en la nube en un momento en que la tecnología nos lleva a no utilizar ya un ordenador, sino una constelación de dispositivos y a tener nuestros datos cada vez más en repositorios externos independientes de una máquina concreta que puede romperse, perderse, estropearse o ser robada. O simplemente, que queramos cambiar con asiduidad. Bajo estas circunstancias, la idea de un sistema operativo ligero, minimalista, que se encarga simplemente de gestionar los recursos de la máquina y de proporcionarnos una interfaz con los servicios de la nube resulta lógicamente muy interesante.
P. ¿Podría haber presentado Google esto hace, digamos, cinco años, con Microsoft más fuerte que ahora?
R. El trabajo de Google es construir, en base a recursos abiertos, un sistema que funcione de acuerdo con las tendencias de uso y consumo. En este sentido, hace cinco años los smartphones eran una mera anécdota, y cosas como los iPad o los netbooks ni siquiera existían. El mundo era diferente, la conectividad era más lenta y menos ubicua, el escenario tecnológico era otro. De hecho, aún hay muchos que opinan que podría ser pronto, que todavía hay muchos usuarios que no tienen esa sensación de “siempre conectado” que requiere un sistema operativo dependiente de ello. Ya sabes, el futuro ya está aquí, pero no está uniformemente distribuido.
P. ¿Cuál puede ser el papel de la tienda de aplicaciones Chrome Web Store?
R. Las tiendas de aplicaciones se encargan de dotar de atractivo inmediato a una oferta que, de otra manera, resultaría escasa y confusa. Las tiendas de aplicaciones intentan consolidar una base de ofertas de terceros que enriquezcan lo más posible las prestaciones del sistema que tienes instalado, y su valor es tanto mayor cuanto más posibilidades tengan para ambas partes: tienen que ser atractivas al usuario por su amplia gama y su calidad, y al desarrollador por sus posibilidades de monetizar sus aplicaciones de manera fiable. Si funcionan bien, son un arma muy poderosa, una parte clave en toda estrategia de este tipo.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.