03 diciembre 2010

La (inútil) resistencia de los Estados Unidos ante Wikileaks

WikileaksEn este momento, la página de Wikileaks no está disponible. La fortísima presión desarrollada por el gobierno de los Estados Unidos sobre todo sitio y servicio web que colabore con la página ha conseguido que el servicio de DNS utilizado por Wikileaks deje de darle servicio, que Amazon se niegue a hospedarlo en su nube, y hasta que una simple herramienta de visualización impida el acceso a sus datos. Lo siguiente, posiblemente, pueda ser que Twitter cerrase su cuenta. Dicho así, poner la palabra “inútil” en el título parece un verdadero contrasentido.

No es así. En realidad, esta resistencia es fútil. Que tu servicio de DNS te deja caer no es un problema, simplemente un contratiempo. Hay muchos más, y para que el dominio vuelva a estar accesible, solo hace falta esperar unas horas a que se propaguen los nuevos registros. Que Amazon te eche fuera implica buscar otro servicio de hosting, obviamente fuera de los Estados Unidos. Que una herramienta gráfica se niegue a representar tus datos hace que haya que buscar otra. No hay más. Esta persecución tiene un límite, y cada paso aumenta notablemente la popularidad de Wikileaks y el respaldo de los usuarios. Wikileaks está pasando del círculo más tecnológico a la conversación de café en la barra del bar mientras te lees el Marca, y los intentos de persecución generan una fuerte antipatía y una voluntad de imitación. Si Julian Assange, voluntariamente convertido en icono de distracción, es detenido, este efecto se incrementará todavía más. Ayer, en un comentario que suscitó cierta controversia, tildé de “absurda” la orden de busca y captura emitida por la Interpol contra él: sin querer entrar en las costumbres sexuales del Sr. Assange y sin pretender otorgarle impunidad alguna, es tristemente evidente que un presunto delito que ha sido desestimado ya en dos ocasiones y en el que las acusaciones no son por violación, sino por algo mucho más sutil y sometido a interpretaciones de todo tipo, representa una instrumentación de la justicia por la que Suecia debería sentirse tan avergonzada como por la triste parodia de juicio que representó contra The Pirate Bay tras la intensa presión del gobierno de los Estados Unidos. Y podemos asegurar además que este tema se acabará sabiendo, cuando los mensajes entre dicho gobierno y su embajada en Estocolmo acaben siendo publicados… en Wikileaks.

La reacción del gobierno norteamericano contra Wikileaks es algo que ya anticipamos hace tiempo, que recuerda poderosamente a las reacciones de la industria de la música contra Napster (a pesar de las obvias diferencias en las barreras de entrada y las posibles implicaciones), y que acabará además generando un escenario similar: usuarios con opiniones positivas,percepciones generalizadas negativas hacia el establishment,  y una evolución que, simplemente, no se puede parar.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.