Llevo algunas semanas probando la BlackBerry Torch, cortesía de RIM, un dispositivo que me intrigaba por la combinación de los dos mecanismos de interfaz más populares: la pantalla táctil y el teclado.
Habitualmente, el teclado físico ha sido para mí un requisito: con él soy infinitamente más productivo que con la pantalla táctil, incluso cuando elevamos ésta a un tamaño superior, como es el caso del iPad. Por más que lo he intentado, los teclados virtuales me dejan siempre la impresión de estar renunciando a algo que sería indudablemente más cómodo, a un dispositivo físico con el que mi velocidad aumenta mucho y mis errores al teclear disminuyen notablemente. Por esa razón, me he mantenido fiel a los dispositivos de RIM, saltándome únicamente la Storm (pantalla táctil y sin teclado fisico).
El uso de la Torch nos lleva rápidamente a darnos cuenta de que para algunas cosas, la pantalla táctil puede ser muy interesante: desplazarse entre iconos, abrir o cerrar la bandeja o utilizar determinadas funciones que conllevan un clic en una zona de la pantalla concreta son tareas que de manera casi automática empezamos a hacer con ella, aunque viniésemos de años de costumbre con el trackpad. El hecho de que el acceso a toda función esté duplicado, con posibilidad de usarlo al modo tradicional o en modo táctil, proporciona una gran comodidad y familiaridad. La pantalla sobredimensionada, además, ofrece una experiencia de navegación que los usuarios de BlackBerry llevábamos años envidiando de otros dispositivos: finalmente, el navegador vale la pena, y no es un triste sustituto de una experiencia completa. Por otro lado, el empaquetamiento de ambas interfaces se ha llevado a cabo manteniendo un tamaño de dispositivo idéntico al de sus predecesores: gana únicamente un poco de grosor (14.6 mm. frente a los 14 mm. de la Bold) y algo de peso (161 gr. frente a 122 gr.), lo que sigue haciendo de él un dispositivo bastante cómodo de llevar y utilizar.
¿Inconvenientes? También los tiene, y alguno serio: en primer lugar, la impresión de solidez habitual de los dispositivos de RIM se pierde: todavía no se me ha caído al suelo, pero dudo que el mecanismo de deslizamiento pueda soportarlo, particularmente si ocurre con el teclado desplegado (no, no voy a probar :-) Además, al desplegar el teclado, el peso del dispositivo queda desplazado hacia la parte superior, lo que conlleva una incomodidad al teclear: la sensación es que el terminal “se te va a caer hacia atrás”, y que es preciso “sujetarlo” de una manera mucho menos natural que como ocurre con otros terminales.
Pero por último, vamos con lo más grave: una pantalla mayor y táctil conlleva un consumo de batería muy superior, lo que hace que para usuarios intensivos, el terminal aguante habitualmente alrededor de medio día de uso, algo completamente inaceptable. Si unimos además el hecho de que RIM ha decidido cambiar el diseño de la batería por enésima vez en lo que supone ya un hábito irritante, eso hace que las baterías de dispositivos anteriores no puedan ser utilizadas como reserva de bolsillo. En cuanto las baterías adicionales para la Torch estén disponibles en el circuito habitual de distribución, el problema se reducirá a llevar siempre una batería extra cargada en el bolsillo y cambiar en el momento preciso, pero por el momento, salir con la Torch de casa implica para mí llevarme un segundo teléfono (o un cargador, y andar “mendigando enchufes” por todas partes). Posiblemente la duración de la batería pueda mejorar algo con las sucesivas versiones del nuevo sistema operativo, pero dudo que sea una mejora verdaderamente radical. Posiblemente yo no sea un usuario representativo, pero hablamos de la necesidad de nada menos que doblar la duración de la batería para poder así garantizar que no vuelves a casa agobiado porque si se te para el coche, no vas a poder siquiera llamar a la grúa.
En resumen: muy bien el navegador, muy bien el nuevo sistema operativo, muy interesante el uso natural de las funciones táctiles, y mucho que mejorar en distribución del peso y, sobre todo, en duración de la batería, en mi opinión el verdadero punto débil del dispositivo que obliga a todo usuario mínimamente activo a tener que diseñar algún tipo de plan B para su vida diaria.
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¡Vaya análisis! Impagable la siguiente frase:
ResponderEliminar"Posiblemente yo no sea un usuario representativo, pero hablamos de la necesidad de nada menos que doblar la duración de la batería para poder así garantizar que no vuelves a casa agobiado porque si se te para el coche, no vas a poder siquiera llamar a la grúa."
Creo que este hombre vive en un universo paralelo y de alguna forma ha conseguido tener un blog en el nuestro, porque si no es así, no me lo explico.
Jejeje, ya comente hace cosa de un mes que caía si o si un análisis de la Torch, un post patrocinado, vamos.
ResponderEliminar¿Pero estás seguro de que esto es una análisis de la Torch o de sí mismo usando un móvil? ¿Y por qué se preocupa de la batería de un móvil y no de que se le pare el coche?
ResponderEliminarMisterios sin resolver... jeje
Me estaba acordando del día en que este individuo se encontraba con su BlackBerry en el AVE y se puso juguetón: http://www.enriquedans.com/2007/03/jugando-con-el-blackberry-en-el-ave.html En la última frase confunde ciencia con tecnología, en fin. Y a los pocos días se pone más serio y hace pruebas donde da hasta la medidas de su ventana: http://www.enriquedans.com/2007/03/mas-pruebas-con-el-gps-de-la-blackberry.html ¡Memorable!
Y lo de "En resumen (...) muy bien el sistema operativo"... ¿de dónde lo saca? Porque no habla del SO (si es que sabe lo que es) en ningún momento. De hecho es posible y hasta probable (no me voy a poner a investigarlo, lo siento) que el SO sea en parte responsable de la poca duración de la batería.
ResponderEliminarLos días de pruebas de la BlackBerry fueron míticos, jajaja, madre mía menudo himbestigador...