La ingenuidad de algunos y la capacidad de excitar el subconsciente colectivo mediante el recurso a temores a lo desconocido y a peligrosos hackers capaces de infiltrarse en el Pentágono lleva a una serie de medios a anunciar pomposamente una serie de supuestos anuncios de Anonymous en los que amenaza con liberar una serie de informaciones presuntamente muy comprometedoras acerca de cuestiones como el 11M o el caso Faisán, tras haber atribuido también a dicho grupo cuestiones tan radicalmente alejadas de su estilo como la revelación de identidades de miembros de los GEO o de la escolta del presidente. Mientras, algunas personas relacionadas con Anonymous afirman haberse enterado del tema “a través de la prensa”.
La cuestión resulta tan estrambótica como cuando la policía española decidió convertirse en objeto del ridículo internacional afirmando haber capturado a “la cúpula de Anonymous”, a la que atribuían acciones que ni siquiera tenían nada que ver con dicho grupo, y para, a los dos días, ver cómo Anonymous tiraba su página web.
Anonymous no es una organización. Carece completamente de la misma. No existen “cúpulas” de Anonymous, ni siquiera miembros de Anonymous como tales: simplemente hay personas, de muy diversos perfiles, que de manera más o menos ocasional, colaboran con algunas de las acciones del grupo. Adscritos a Anonymous de una u otra manera, o identificados más o menos con la filosofía del grupo te puedes encontrar desde personas que simplemente acuden a un evento determinado como la gala de los Goya con una careta comprada en El Corte Inglés que se ha convertido en todo un símbolo de los tiempos – hasta el punto de trascender el hecho de que su venta reporta jugosos beneficios a su licenciataria, Time Warner, – hasta personas que utilizan un ordenador para hospedar un foro en el que se planean posibles ataques, hasta participantes en los mismos que pueden tener un perfil que va desde el de usuario normal y corriente, hasta el de persona que sabe lo que hace en términos de seguridad. De todo, como en botica. ¿Organización? No más de la que se genera en un chat en un momento determinado. Las personas que participan en un ataque no son necesariamente las que participan en el siguiente, ni están necesariamente de acuerdo en todos ellos. Nada que ver con LulzSec, por ejemplo, que sí es un grupo con cierto nivel de organización, con un perfil notablemente más centrado en el hacker con habilidades muy definidas. De nuevo, que el imaginario colectivo tienda a juntar aquello que “le suena parecido” dentro de un contexto de ignorancia no quiere decir que tengan realmente nada que ver. Para el que no es microbiólogo, todos esos microbios son iguales.
De Anonymous se pueden esperar ataques que requieran un nivel de organización no excesivamente ambicioso: un ataque distribuido de denegación de servicio, por ejemplo, requiere poco más que ponerse muchas personas de acuerdo en un chat, difundirlo lo más posible a quienes puedan simpatizar con la idea, e instalarse un programa que envía peticiones recurrentes a una página web, o ni siquiera: en realidad, actualizar manualmente la página en el navegador varias veces por minuto podría tener el mismo efecto. ¿Planear un sofisticado ataque en búsqueda de vulnerabilidades que permitan acceder a ficheros clasificados? No dudo que posiblemente haya simpatizantes de Anonymous que puedan saber hacerlo, pero no parece una acción del grupo como tal. Tirar la página de la policía, en cambio, sí lo parece: tiene ese componente entre burla colectiva y Fuenteovejuna que tiende a predominar en muchas acciones que nacen de una charla entre varias personas en una sala de chat.
Acciones como la revelación de identidades de miembros de los GEO o de la escolta del presidente del gobierno no tienen ningún aspecto de provenir de Anonymous, y sí posiblemente – pero esto, por supuesto, no es más que una hipótesis más – de problemas de cohesión y de enfrentamiento internos dentro del propio estamento policial. Cuestiones relacionadas con el 11M son mucho más propias de quienes mantienen posiciones divergentes con la información oficial y quieren, sencillamente, obtener una difusión mayor para sus teorías o para los datos de los que disponen, saltándose además, con la excusa de Anonymous, los procedimientos legalmente establecidos.
La ausencia de estructura de Anonymous favorece muchas cosas: desde su infiltración con propósitos varios, hasta la atribución de lo que buenamente se le quiera atribuir. Mucho ojo y mucho escepticismo con este tipo de cosas: dentro de poco, si llueve, la culpa será también de Anonymous.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.