06 marzo 2012

?Malas excusas para una ley peor?, en La Gaceta

Desde Opinión en el diario La Gaceta me pidieron un artículo breve sobre la aprobación de la ley Sinde-Wert, que titulé como “Malas excusas para una ley peor” (pdf), y que ha sido publicado hoy. A continuación, el texto completo del mismo:

 

Malas excusas para una ley peor

El camino recorrido por la ley Sinde-Wert hasta su entrada en vigor está, como el del infierno, empedrado de buenas intenciones. O de patéticas excusas.

Se dice que es “necesaria para proteger a los creadores”. Se obvia el hecho de que quienes exigen la ley no son los creadores, sino los intermediarios, los que con una mano estrangulan a los creadores con márgenes disparatados mientras con la otra impiden el desarrollo del mercado digital, el que acabaría con el problema de las descargas. “No se puede competir con el todo gratis” o “la gente no quiere pagar”, afirman. ¿Como explicar entonces los millones de personas que pagaban a Megaupload? No, la solución a las descargas no es más represión, sino más mercado. El mercado que la industria del entretenimiento no quiere construir.

“Pérdidas millonarias”… mentira clamorosa. Que una descarga sea una venta perdida es insostenible. Falso, tramposo e ingenuo. Un razonamiento tan torticero e idiota que insulta a la mismísima inteligencia.

“Compromisos internacionales”, dicen. La soberanía de un país incluye independencia frente a industrias de otro. Ni la Casa Blanca ni la Unión Europea creen en leyes destinadas a cerrar páginas web. La primera acaba de oponerse a SOPA/PIPA, ley similar, por miedo a sus posibles efectos sobre la red. La UE ve cerrar páginas como una solución desproporcionada que no entra en su agenda. Quienes sí presionaron a España fueron las asociaciones y lobbies de la industria del entretenimiento. Y los torpes, provincianos e incultos políticos españoles, ante el interés de empresas privadas, se dejaron influenciar. No, la aprobación de la ley Sinde-Wert no pone a España “en el club de los países desarrollados”, sino en un club con China o Irán: en el de los países donde el gobierno puede cerrar páginas a golpe de comisión administrativa. Con los liberticidas y las dictaduras.

“Proteger a los creadores”, dicen. ¿Alguien cree que los creadores van a estar mejor ahora? Las descargas no disminuirán: nuevas páginas, P2P, los indetectables magnet links, y una ciudadanía que, además de por falta de alternativas, lo hace por rabia y despecho. Los impulsores de la ley han sido entidades como SGAE, que presuntamente se ha llevado crudo el dinero de los autores, las grandes empresas discográficas que les obligan a firmar contratos leoninos, y un Hollywood experto en provocar las descargas con insostenibles ventanas de explotación. ¿Autores? ¿Creadores? Esta ley es una batalla comercial por dominar las alternativas de consumo de contenidos en la red. Una batalla en la que unos políticos, muy posiblemente ignorantes pero más probablemente corruptos, se han puesto del lado de los malos. Ni del de los ciudadanos, ni del de los creadores. Del lado de los mafiosos.

Mala, peligrosa e inútil. Como los políticos que la han engendrado, a cuyos apellidos la historia reserva ya su merecido lugar. Desprestigiada, odiada y recurrida ante el Supremo: un auténtico engendro. ¿Alguien da más?

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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