22 febrero 2013

El timo 301, mi columna de esta semana en Expansión

El timo 301 - Expansión (pdf, haz clic para ampliar)Mi columna de esta semana en Expansión se titula “El timo 301” (pdf), y hace referencia a esa lista con la que los Estados Unidos pretenden amenazar a nuestro país con supuestas sanciones comerciales – nunca ningún país ha sido sancionado por estar en dicha “lista”. Una lista escrita directamente de puño y letra por las empresas discográficas y por el lobby de Hollywood, con un criterio absolutamente arbitrario y ningún elemento más científico que el “nos toca presionar al gobierno de este o de aquel país para que hagan algo a favor de nuestros intereses”: ¿que se aprueba la demencial ley Sinde que elimina a los jueces porque les molestaba que no les diesen la razón? España sale de la lista 301. ¿Que un año después, la ley Sinde, como su prima cercana Hadopi, no ha servido para absolutamente nada más que para incrementar la popularidad de Kim Dotcom, y no ha cambiado un ápice la situación? España vuelve a la lista 301.

La lista 301 es tan absurda como lo siguiente: “si no estás de acuerdo con que el poder de los que se dedican a distribuir supuestamente en exclusiva las obras de terceros debe ser omnímodo, te pondré en mi lista, y a Obama vas”, con el detalle de que, además, Obama mira la lista, comenta algo sobre el tema en un par de discursos para que estén tranquilos, pero no hace nada más. No solo porque no quiera, sino también porque no puede. Pensar que los Estados Unidos van a dedicarse mañana a sancionar comercialmente a medio mundo, incluida una todopoderosa China a la que ni siquiera pueden plantearse sancionar, por no respetar unas reglas absurdas marcadas por una industria anclada en el pasado es como creer a estas alturas en las hadas y en los unicornios.

Que Estados Unidos, el país donde el ratón Mickey toma las decisiones sobre la duración de su propio copyright, quiera defender a una industria porque le genera con sus insostenibles prácticas unos ingresos determinados no tiene nada que ver con que en otros países tengamos que estar de acuerdo con perseguir y multar con cantidades absurdamente astronómicas a ciudadanos que lo único que hacen es buscar alternativas a un mercado inexistente o directamente demencial. Si quieren evitar las descargas, propongan alternativas con catálogos completos, con modelos de precio razonables, con fórmulas de uso versátiles, y sin ventanas de explotación ridículas que den lugar a una carestía en el acceso. Mientras tanto… que se vayan con el timo de la lista a Sierra Morena.

No, en muchos países, la idea de endeudar de por vida o enviar a la cárcel a quienes hacen clic en un enlace porque no encuentran una manera razonable o atractiva de acceder a un contenido suena a auténtica desproporción y barbarie. En algunos países se piensa, y con razón, que es la industria, mejorando su oferta y adaptándose, la que tiene que solucionar su problema. En algunos países se deja libertad a los jueces para que con su independencia de otros poderes, decidan si algo es delito o no lo es. Si eso nos lleva a estar en una lista, pues allá ellos con su lista.

A continuación, el texto completo del artículo:

 

El timo 301

Un año más, el lobby norteamericano de los contenidos presiona para que España vuelva a su lista 301. Supuestamente, la lista identifica a países cuya legislación sobre propiedad intelectual resulta "preocupante" para los intereses comerciales de los Estados Unidos.

En realidad, la lista 301 representa el chalaneo, el timo y las amenazas que la industria norteamericana aplica para defender la visión talibán y desfasada de un país que no tiene empacho alguno en "ajustar" sus legislación de propiedad intelectual a lo que marquen Disney, Hollywood o las discográficas. Un país que alarga la duración de los derechos de autor "casualmente" cada vez que al ratón Mickey le toca entrar en el dominio público, pretende "abochornar" a quienes sostenemos que la propiedad intelectual debe adaptarse al nuevo escenario digital.

Si sombreamos en un mapa los países que los lobbies de la propiedad intelectual ubican en su lista, lo sombreado excede notablemente a lo no sombreado. Si los Estados Unidos pretendiesen sancionar a todos los países de la lista, se autoexcluirían del comercio internacional. "Amenazar" a países como Canadá, Finlandia, Noruega, Chile, Israel, Italia o muchos otros que no han sido jamás sancionados tras años en esa lista es fútil. Amenazar a una China a la que los Estados Unidos no podrían sancionar ni aunque quisieran es estúpido.

Es absurdo tomar decisiones políticas por una lista que es, en realidad, un timo. Pertenecer a la lista 301 debería ser un orgullo: supone estar entre los países que pretenden adaptar la propiedad intelectual al escenario actual y reconvertir a las caducas industrias que explotan miserablemente a los artistas. Ningún país en su sano juicio debería aspirar a que su propiedad intelectual se gestionase de forma tan demencial como en los Estados Unidos. Ni son modelo para nadie, ni poseen legitimidad para serlo. Si en Estados Unidos quieren permitir que empresas caducas escriban sus leyes, allá ellos. A timar a otros.



(Enlace a la entrada original - Licencia)

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