En diciembre de 2012, coincidiendo con la presentación de las comunidades de Google+ e invitado directamente por la compañía, abrí una comunidad bajo el nombre Tech News analysis. La idea era tratar de desarrollar un sitio donde comentar noticias relevantes sobre tecnología, un sitio que me pudiese servir a mí y pudiese servir a otros como agregador de lectura de diversas fuentes, un poco en el estilo de “muchos ojos ven más que dos”. No oculto que ya en el primer momento tuve mis dudas sobre la temática, y sobre mis posibilidades de servir de moderador para una iniciativa así dadas mis limitaciones de tiempo, pero como experimento, me pareció interesante. Alrededor de año y medio después, y con algo más de doce mil quinientos usuarios, parece claro que el experimento ha sido un fracaso, y me dispongo a cerrarla.
¿Cuál ha sido el problema fundamental de esta comunidad? Sin ninguna duda: el spam. La proliferación de usuarios que se dedicaban a utilizarla para intentar atraer público a sus propias páginas, a enviar sus publicaciones en modo autobombo, a pesar de la advertencia de que ese tipo de actitudes no serían toleradas. Al final, me encontraba haciendo trabajo diario de policía, teniendo que ver quiénes subían muchos artículos de una sola fuente o quienes se dedicaban a enviar la misma noticia a un número elevado de comunidades, y viendo cómo ese tipo de actitud superaba a los envíos genuinos. Si añadimos a eso un nivel por lo general bajo o ausente en la discusión, llega un momento en que el nivel señal-ruido se convierte en un claro diagnóstico: sea por la razón que sea, que posiblemente pueda incluir mi propia incompetencia como moderador, la comunidad no funciona.
¿Problema de Google+, o problema específico? Mi impresión es que hay comunidades en Google+ que sí funcionan. Los experimentos que he llevado a cabo con grupos cerrados como parte de mi actividad como profesor de IE Business School – han sido muy satisfactorios. La herramienta no me parece mala en absoluto. El problema, sencillamente, es otro. Las comunidades que funcionan son, según tiendo a identificar, de intereses específicos, centradas fundamentalmente en la discusión, y sin un atractivo claro para la actividad de los spammers debido precisamente a esa especificidad. Google+ como tal sigue siendo para mí una herramienta razonablemente útil: algunas discusiones sobre mis entradas tienen una vida y una participación elevada, y la red se sitúa sistemáticamente como uno de los mayores referrals de tráfico de mi página, aunque lógicamente el volumen de crecimiento en uno y otro sentido se ha ralentizado con respecto al principio.
En cualquier caso, el experimento no deja de ser toda una experiencia de aprendizaje, y la discusión sobre este tipo de cuestiones, la participación, sus límites, su control, y los problemas derivados de los sistemas de control me resulta interesantísima. ¿Opiniones al respecto?
A continuación, mi mensaje de despedida, publicado en la comunidad de Google+ unos días antes de que sea borrada:
En noviembre de 2012, inicié esta comunidad de Google+, coincidiendo con el lanzamiento de la función por parte de Google, invitado por responsables de la compañía para poner a prueba esa función dentro de la estructura de Google+.
Esta comunidad fue una de las primeras creadas en español, antes de que la posibilidad de crearlas fuese abierta de manera general, una oportunidad que agradezco a una compañía con la que mantengo una fantástica relación (y que encaja fantásticamente bien tanto mi ocasionales elogios como mis otras veces radicales críticas).
La idea de esta comunidad era que sirviese para comentar noticias del panorama tecnológico, una forma de mantenernos enterados de una actualidad compleja y difícil de abarcar, con tan solo una premisa: evitar el autobombo, no enviar nunca noticias de las publicaciones escritas por los propios autores que las envían. Una norma que he cumplido estrictamente: las veces que han aparecido publicaciones de mi página en esta comunidad, ha sido porque otros las han enviado.
Tras casi año y medio poniendo a prueba esta experiencia, debo decir que, obviamente, me equivoqué. Las contribuciones a esta comunidad, de más de doce mil quinientos miembros, son mayoritariamente spam y autobombo, envíos masivos de autores irresponsables que se dedican a enviar sus publicaciones a esta y a muchas otras comunidades a la vez, incumpliendo claramente las directrices marcadas por la propia Google. Son enormemente fáciles de reconocer: basta un clic en el perfil de la persona, para ver cómo envía la misma noticia de manera recurrente, y por lo general, para ver su vinculación con la publicación que está enviando. O comprobar que, sencillamente, siempre enviaba noticias de la misma publicación, de manera obsesiva o recurrente. Ese tipo de spam me parece execrable, digno de personas que, sencillamente, no saben utilizar una comunidad o una red social. Los spammers son para mí “una forma de vida inferior”, que merece el mismo escaso respeto que esos mosquitos que procuras matar de un manotazo. El fenómeno tiene lugar en publicaciones en español y en inglés, y ocurre tan a menudo, que ponerle coto consumiría mucho más tiempo del que personalmente puedo poner en la moderación. Mi intento de buscar otros moderadores tampoco ha fructificado: las pocas personas que he logrado identificar como contribuyentes habituales a esta comunidad y que no eran spammers, han optado por no tomar un papel activo en la moderación del mismo.
Por tanto, tras año y medio de experimento, y tras expulsar de la comunidad o bloquear a varios cientos de personas, creo que lo mejor es poner un cierre a esta experiencia. Otros intentos que he desarrollado de aprovechar las funciones de comunidad de Google+, en grupos cerrados asociados a clases presenciales y online en IE Business School, han funcionado fantásticamente bien, mucho mejor que sobre otros soportes tecnológicos que había probado anteriormente. El problema de esta comunidad no viene de las características de Google+, sino de mi ingenuidad al pensar que la comunidad sería capaz de autorregularse en un tema como el autobombo. Error indudablemente mío: si poner coto a este fenómeno en sitios como Menéame y otros exige de una comunidad muy activa e implicada, pensar que podría funcionar en una establecida de nuevas era poco menos que ilusorio. Pero de eso me di cuenta demasiado tarde, tras algunos meses de funcionamiento de la comunidad, cuando era ya demasiado tarde para intentar modificar su funcionamiento.
Tras varios meses en los que ya he perdido la ilusión por monitorizar esta comunidad y tras ver como se acumula en ella el spam, he pensado que lo mejor era, sencillamente, cerrarla. Mis recursos de atención son escasos, y la contribución de esta comunidad, lamentablemente, también. Si alguien tiene alguna objeción o sugerencia al respecto, que por favor las exponga aquí… o como se dice en las bodas, que calle para siempre :-)
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.
Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.