Fernando Barciela, de El País, me llamó para hablar sobre la fuerte pujanza de los directivos de origen indio en las compañías tecnológicas, al hilo de mi experiencia como profesor en una escuela de negocios en la que, desde hace ya un buen número de años, la presencia de alumnos indios es creciente. Su artículo, en el que me cita brevemente, aparece hoy en El País bajo el título “Los ejecutivos indios están de moda” (pdf).
A lo largo de ya bastantes años, he podido comprobar cómo la presencia de alumnos procedentes de la India aumentaba progresivamente, al tiempo que mi contacto posterior con algunos de ellos me permitía ir siguiendo sus iniciativas emprendedoras en su país de origen y en otros. La red de antiguos alumnos de IE Business School en India tiene ya una presencia considerable, lo que permite que la afluencia de alumnos crezca al poder comprobar directamente los candidatos el nivel de reconocimiento y diferenciación que ofrece el título.
¿Qué factores diferenciales tienen los directivos indios? Con todas las precauciones necesarias cuando se habla de estereotipos, mis impresiones giran en torno a un dominio muy fuerte de las matemáticas y de las ciencias en general, una gestión de la información muy eficiente y disciplinada, una vocación emprendedora muy marcada, y una sociabilidad muy abierta.
Las impresiones de este tipo siempre son, evidentemente, muy sesgadas. En mi caso, se basan lógicamente en el subconjunto de alumnos indios capaces de llegar a ser admitidos, lo que conlleva restricciones importantes en términos no solo intelectuales, sino también socioeconómicos. Los exámenes de acceso a las instituciones académicas indias de prestigio son enormemente competitivas, lo que hace que los candidatos indios que acceden a los procesos de admisión en escuelas de postgrado prestigiosas a nivel internacional hayan pasado por filtros previos de considerable rigor. Pero además de contar con una educación de gran nivel, poseen alguna ventaja adicional: el manejo del inglés, y una sociabilidad elevada, diferencial con respecto a muchos candidatos de otros países, De cara a un entorno académico participativo, este factor es enormemente importante: el alumno indio no encuentra ninguna barrera de tipo cultural a la hora de levantar la mano y participar, no tiene ningún problema cuando llega el momento de disentir con sus compañeros o con el profesor – los estudiantes orientales, por ejemplo, suelen tener una noción jerárquica más rígida que les lleva a pasarlo mal cuando, en el curso de la discusión de un caso, tienen que contradecir lo expuesto por el profesor, circunstancia que ocurre con cierta frecuencia – y en general, están acostumbrados a mantener diferencias de opinión manteniendo unos modales y una empatía que tienden a minimizar el conflicto.
En el lado más propio de la tecnología, y de nuevo contando con las precauciones oportunas por el lado de los estereotipos y del efecto de auto-selección, veo una educación tecnológica muy completa, que se considera una fuente de prestigio social, que suele apoyarse en una metodología potente, y que se ve como un aporte de valor curricular importante. La excelencia técnica a la hora de programar o la capacidad de dirigir equipos técnicos en proyectos complejos se ven como una habilidad importante y valorada.
El resultado es el que Fernando comenta en el artículo: una presencia cada vez más importante de personas de origen indio tanto en niveles técnicos como directivos en las principales compañías norteamericanas y europeas, y en particular, en la industria tecnológica.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.