En una broma que debería servir para hacer reflexionar a más de uno, el Huffington Post se convierte durante un día en un medio de acceso exclusivo por suscripción (pagable además mediante tarjeta de crédito o ¡en cash! y a través de un servidor llamado “AprilFools” que lógicamente no funcionaba) únicamente para aquellas visitas que provengan de la red corporativa del New York Times, el medio que invirtió catorce meses y más de cuarenta millones de dólares en construir la barrera de pago más inútil del mundo.
Las murallas de pago en la web tienen un claro problema: si los medios cuyos contenidos protegen quieren ser de verdad relevantes, necesitan ser sociales. Y para ser sociales, tienen que permitir esas funciones sociales (compartir, reenviar, comentar, citar, votar, twittear, etc.) desde o hacia aquellos que se encuentran fuera de la muralla. Lo que les obliga, obviamente, a llenar la muralla de agujeros. Y una muralla llena de agujeros no parece demasiado práctica, como tampoco lo parece dedicarte a irritar a tus clientes potenciales con un perpetuo “esto sí, esto no, esto me lo como yo”. La idea de freemium no puede consistir, como dice Ariana Huffington en su broma, en un “te dejo ver las primeras seis letras de cada palabra”, porque los lectores, simplemente, se van a otro sitio – y pocos medios pueden considerarse de verdad insustituibles.
Para muestra: hace unos días, cité una frase de Antonio Gala que vi en su tronera de El Mundo. La leí en papel, porque iba en el AVE y me regalaban el periódico – lo siento, pero hace muchos años que no compro prensa en papel. Busqué la sección por toda la web, hasta encontrarme con que solo estaba disponible para suscriptores de Orbyt. ¿Resultado? Copié la cita a mano, y no vinculé a ningún sitio, porque simplemente no tenía sentido ofrecer a mis lectores – que sin duda en muchos casos habrían querido disfrutar de la totalidad del texto de Gala – un vínculo al que únicamente podrían acceder si eran suscriptores de pago. A final, son solo unos cuántos miles de visitas, seguramente insignificantes dentro del conjunto de las que recibe la web de un medio como el mundo en un día, pero deja claro el punto: en una web cada día más social en la que la actividad de informarse se construye colectivamente, los entornos cerrados no pueden funcionar. No hay más que pulular un poco por dichos entornos sociales para darse cuenta de ello. En breve, seguro que veremos cambios…
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.