Mi columna de esta semana en Expansión se titula “Gobernar para las encuestas“, y utiliza el reciente asunto de los eurodiputados y los billetes en primera clase con su correspondiente escándalo en Twitter para hablar de lo que ocurre cuando en una sociedad hiperconectada se intenta gobernar o gestionar de espaldas a aquellos a los que se supone que gobiernas o gestionas. Lo que antes sonaba a connotación negativa, el gobernar para las encuestas buscando el aplauso fácil o el populismo barato, ahora se convierte en gobernar mientras todo el electorado vigila lo que haces y cómo lo haces, mientras te exigen transparencia total, y mientras expresan sus opiniones en directo en la red: la idea de una clase política que vive al margen de la ciudadanía y que solo se acerca a la misma para pedir su voto cada cuatro años resulta insostenible en una sociedad interconectada. Si tienes que tomar una decisión impopular, tómala si ello se justifica, pero tendrás que preocuparte de explicarla muy bien a quien realmente importa.
(Enlace a la entrada original - Licencia)Los ciudadanos están ahí, a un clic de distancia, y exigen explicaciones constantes: con quién te reúnes, qué pactas, a cambio de qué. La democracia en la era digital va a necesitar unas cuantas revisiones.”
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.