08 abril 2011

Hablando sobre las estrategias de Apple y Google, en Cinco Días

Marimar Jiménez, de Cinco Días, me envió algunas preguntas acerca de la estrategia de Apple y de Google en el entorno de los smartphone, con la tesis de que podríamos estar viendo una batalla con situaciones similares a la experimentada en su momento entre Microsoft y Apple en función de la mayor apertura o cierre de cada sistema, y con una Apple que podría estar repitiendo algunos de los errores de entonces. Hoy lo ha publicado bajo el título “Google y Apple: ¿repetirán la historia de Windows-Mac?” (ver en pdf).

Mi impresión es que el análisis es infinitamente más complejo de lo que parece, con diferentes fuerzas que actúan en varios sentidos y muy pocas conclusiones sencillas o maximalistas: un mayor nivel de control y cierre de la plataforma, por ejemplo, juega en contra del desarrollo del ecosistema mediante varios jugadores (Android es impulsado por múltiples fabricantes frente a una Apple que tiene que capitalizar todo el esfuerzo de promoción de la plataforma), pero a favor de proporcionar incentivos a unos desarrolladores que se benefician de un mayor nivel de control y generan un parque con más aplicaciones. Pero un mayor nivel de apertura puede determinar una balcanización mayor, que lleve a desarrollos de mayor complejidad o incluso a una percepción de complejidad mayor o más frustrante de cara al usuario. Sin duda, un tema complejo.

A continuación, mis respuestas completas a las preguntas de Marimar:

P. Google empieza a tener algunos problemas con la “apertura” de Android. Al parecer, ha anunciado que retrasa la apertura de la última versión de su sistema operativo ¿A qué crees que obedece esta política? ¿Crees que esto puede generarle problemas con los fabricantes de móviles: LG, Samsung, HTC…, por qué? ¿Y a los desarrolladores?

R. Mantener un sistema operativo abierto en el ecosistema de los terminales móviles es una estrategia que ha funcionado impresionantemente bien para Google: la rapidísima adopción de Android (ya en el número uno en el segmento de smartphones), empujada por una amplia variedad de fabricantes de terminales que pueden diferenciarse construyendo sobre su licencia Apache y sin obligación de devolver a la comunidad sus innovaciones, ha posibilitado un éxito difícil de anticipar cuando se lanzó hace menos de tres años. Pero una balcanización excesiva es susceptible de generar problemas, de ahí que Google haya preferido en ocasiones aplazar la liberación de sus versiones más recientes hasta asegurarse un nivel de compatibilidad adecuado.

P. ¿Es un problema hoy por hoy o puede serlo el que Android esté tan diversificado?

R. La estrategia, sin duda exitosa, ha dado lugar a un importante nivel de diversidad en un mercado en el que conviven diferentes versiones del sistema operativo, adaptaciones por parte de fabricantes o configuraciones con limitaciones que permiten o no una actualización no trivial para el usuario medio, generando un ecosistema con elevada complejidad y con nuevas situaciones de equilibrio en la delicada ecuación de poder entre fabricantes, empresas de telecomunicaciones y desarrolladores.

P. ¿En tu opinión, cuál ha sido más acertada la estrategia del “todo cerrado” de Apple o la “abierta” de Google con Android?

R. Los resultados dejan claro que el potencial de crecimiento de Android sujeto a una estrategia con múltiples accionistas está muy por encima del de plataformas cerradas como las de Apple o RIM, y de hecho ha superado con mucho el crecimiento de ambas. Ninguna estrategia, en cualquier caso, está exenta de problemas en su evolución, y la elección entre crecimiento moderado con un mayor nivel de control o más rápido con un control más laxo responde a una amplia variedad de criterios. Por el momento, el crecimiento del parque de aplicaciones creadas por los desarrolladores y la cantidad creciente de fabricantes de terminales que adoptan Android parece determinar que las ventajas superan a los problemas, pero esta situación dista mucho de ser estacionaria.

P. ¿Crees que Apple puede tropezar dos veces en la misma piedra al cerrar sus soluciones? ¿O crees que esta vez, a diferencia de lo que le pasó con los Mac, es un acierto? ¿Por qué?

R. Las estrategias de apertura o cierre en nuestros días nunca son absolutas. Considerar a Apple como “un sistema cerrado” es maximalista y no del todo correcto, dado que una gran parte de su código es completamente abierto. El efecto de la apertura o cierre de cada uno de los “grifos” que llenan esta bañera es claro, pero el resultado final no lo es: abrir más el desarrollo supone más crecimiento, pero también mayor balcanización, de la misma manera que un mayor control del ecosistema de aplicaciones puede suponer, paradójicamente, más ingresos para los desarrolladores y un ecosistema que crece más rapidamente. Y los programadores de aplicaciones juegan un importantísimo papel a día de hoy en el atractivo de una plataforma.

P. ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de la estrategia de Google y Apple con sus Android y su iOS? ¿Y qué lecciones deberían ir aprendiendo de ello?

R. La lección clara es un incremento de la complejidad del análisis. No se puede afirmar que un movimiento sea intrínsecamente “bueno” o “malo”, porque los equilibrios de fuerzas entre los diversos participantes en el mercado lo convierten en ambivalente. De acuerdo, si tu sistema operativo es cerrado, creces más despacio porque eres el único fabricante que lo impulsa. Pero por otro lado ofreces más control y capacidad de generación de ingresos a los creadores de aplicaciones, lo que hace que el crecimiento que te detraen los fabricantes de terminales te lo proporcione un ecosistema con más apps y que el usuario final pueda preferir porque le ofrece más funciones. Todo esto, estudiado en un entorno con múltiples segmentos de público objetivo, genera situaciones con numerosos vectores en juego que resultan difíciles de analizar.

P. ¿Android se va a convertir en el Windows de los PC? ¿Se puede repetir la historia de éxito de Windows-PC con la de Android-móviles?

R. Decir que Android va a ser la plataforma prevalente o dominante en el segmento smartphone tiene poco mérito, porque ya lo es y porque la dinámica del mercado parece que indica que lo seguirá siendo. Pero la situación de equilibrio de fuerzas entre sistemas operativos, operadoras, desarrolladores y usuarios es volátil y difícil de analizar. Ahora mismo, la mayoría de programadores ofrece sus aplicaciones a iOS y a Android habitualmente al tiempo, pero ¿obtienen igual rentabilidad en función del tiempo invertido en el desarrollo? Desarrollar para Apple es más sencillo, porque la variabilidad de factores es menor frente a la de un Android con infinidad de combinaciones de versiones, características, plataformas con las que negociar, etc. ¿Determinará esto una posición de supremacía o es equilibrado por otros factores? Como mercado, es apasionante y sumamente difícil de analizar.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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