Ayer me encontré en mi buzón de correo una comunicación que, desde LinkedIn, me comentaba que varias personas habían “confirmado mis conocimientos” en varias áreas. Intrigado, entré, y me encontré con la posibilidad de aceptar que dichas confirmaciones, o “endorsements”, aparecieran en mi perfil, y con una herramienta en forma de caja azul con cuatro perfiles de contactos míos en la red que me ofrecía, en un solo clic, la posibilidad de confirmar “si sabían o no” de un tema determinado.
La herramienta me pareció, tal vez por la novedad del tema, un planteamiento brillante. Me pasé un buen rato viendo pasar contactos y confirmando mi percepción del nivel de conocimientos de muchos de ellos en los temas que me iba proponiendo: confirmaba únicamente aquellos que veía muy claros, y dejaba pasar los demás. Y así, en un rato de uso, me di cuenta de que había introducido un factor de depuración sobre mi red de LinkedIn que podía ser enormemente interesante de cara a valorar la calidad de los contactos que tengo en ella.
LinkedIn sigue un modelo de desarrollo proactivo: prácticamente “te invita” o “te estimula” a que aumentes el tamaño de tu red, en muchos casos a expensas de la calidad de los contactos en la misma. Los indicadores, las métricas y la comunicación en general están destinada a promover una red muy interconectada, un número elevado de contactos, aunque supuestamente sea una red que prima la calidad de los mismos. Así, mientras en una red horizontal como Facebook la mayoría de los usuarios han pasado de la fase de “competir por tener muchos amigos” a ir podando su red de contactos para restringirla a aquellos que realmente lo son, en LinkedIn es relativamente normal que se añadan personas con las que el contacto ha sido escaso o casi nulo, o incluso personas que no se conocen de nada pero que pueden resultar interesantes a efectos de llegada o de conexiones en la red.
Los endorsements en LinkedIn tienen un planteamiento de “libre de riesgo”: un endorsement puede marcar un reconocimiento de que se considera que esa persona efectivamente posee un conocimiento o habilidad determinado, o simplemente una forma de decir “aquí estoy”, pero por lo general muestra un nivel de calidad del contacto superior al de simplemente “está en mi red”. Por otro lado, no hacer un endorsement de alguien no conlleva riesgo alguno, porque “no deja huellas”, no le dice a esa persona nada del tipo “preguntamos a tu contacto si eras una autoridad en esto, y fíjate que mala persona, no quiso decir que sí”. Puestos así, los endorsements permiten a LinkedIn, por un lado, tener una métrica mejor de la calidad de los contactos de su red, al tiempo que ofrecen a los usuarios un sistema de calificación basado en comunidad (peer-reviewed) y un recurso para cuando se quiere “tener un detalle” de reconocimiento con una persona. Todo ello en una interfaz simple, agradable de manejo, y que te lleva a seguir haciendo clic para ver, casi intrigado y como si fuera una especie de “juego”, a quién de tu red te va a sugerir y con qué tema lo va a vincular.
La estrategia de LinkedIn me parece, desde hace mucho tiempo, una de las más coherentes y consecuentes de todo el panorama de la web social. Mantiene unos ingresos sólidos y sanamente repartidos entre servicios a empresas (selección), a particulares (premium membership), y un modelo de publicidad que es prácticamente la única alternativa de segmentación razonable para los mercados de tipo B2B. Una dirección nada estridente, sin bandazos ni reposicionamientos bruscos, sin hacer demasiado ruido. Desde su salida a bolsa en mayo de 2011 y en el contexto de un período duro con los valores de esta industria, sus títulos se han revalorizado casi un 30%. Por algo será.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.