19 octubre 2012

Patentes e innovación, mi columna de esta semana en Expansión

Mi columna de esta semana en Expansión se titula “Patentes e innovación” (pdf), e intenta, a partir de las recientes declaraciones de Jeff Bezos posicionándose en contra del funcionamiento del actual sistema de patentes, construir un argumentario para su más que necesaria reforma.

A continuación, el texto completo de la columna junto con los enlaces que utilicé para documentarla:

 

Patentes e innovación

En una reciente entrevista, Jeff Bezos, fundador y CEO de Amazon.com, habló del actual sistema de patentes como algo que si bien debería incentivar la innovación, estaba empezando a actuar como freno a la misma, dando lugar a una batalla muy poco saludable para la sociedad que podía llegar a coartar el desarrollo de toda una auténtica edad de oro tecnológica.

Obviamente, Bezos juega un papel interesado cuando habla de un momento, el del desarrollo de la movilidad y de los dispositivos inalámbricos, en el que su empresa es un actor difícil de ignorar. Pero las actuales guerras de patentes están dejando una clara víctima colateral: el propio sistema de patentes y su credibilidad como incentivo a la innovación.

Las patentes han sido, durante años, un sistema escasamente cuestionado. De manera simplista llegaron a utilizarse incluso como termómetro, incentivando a empresas o investigadores en función del número de patentes que lograban registrar. Los patent trolls, que juegan con la debilidad del sistema para patentar invenciones obvias o genéricas y extorsionar posteriormente a todos aquellos que las utilizan, se remontan a hace ya varias generaciones, pero están actualmente en su apogeo.

Dejar de incentivar la innovación otorgando una explotación temporal en exclusiva a quien la desarrolla supone permitir el llamado free-riding: “que inventen otros, que yo ya copiaré sin esfuerzo”. Pero entre la amoralidad del free-riding  y el “ese terminal copia al mío porque tiene esquinas redondeadas” tiene que haber límites. Y posiblemente el límite esté, como decía un juez del Supremo de los Estados Unidos refiriéndose a la obscenidad, en el sentido común: no sé como definirla de manera precisa, pero “lo sé cuando la veo“.

Proteger al innovador es importante, pero no a costa de ralentizar el ritmo del progreso generando barreras de entrada absurdas a la innovación. Las patentes no eran para eso. Si las estamos usando mal, habrá que pensar en redefinirlas.



(Enlace a la entrada original - Licencia)

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