14 marzo 2013

Google y el desprecio a sus usuarios: el cierre de Google Reader

ReaderGoogle decide, en una de sus temidas “limpiezas de primavera“, anuncia la retirada de Google Reader, la herramienta en la que muchos no solo leemos las noticias, sino que también las almacenamos, gestionamos o compartimos por correo electrónico. Una herramienta que caracteriza, precisamente, a un segmento de usuarios que tiende a la sistematización de la absorción de información, al análisis, a la lectura eficiente de titulares, a la gestión de repositorios… sin duda la herramienta que más utilizo a lo largo de mi día, mucho más que el buscador o que cualquier red social. Mucho más que una herramienta de lectura, Reader es una herramienta de investigación: a donde vas para rebuscar entre las noticias que leíste en los últimos tiempos, para encontrar aquello que marcaste con estrella, para llevar un registro ordenado de tus fuentes de información… una herramienta, a día de hoy, completamente insustituible.

Google Reader es el lector de feeds más popular del mercado. Su aparición en 2005 supuso la migración de muchos miles de usuarios desde lectores como Bloglines y otros: en muy poco tiempo, Reader obtuvo el claro liderazgo en un segmento que, a pesar de no tener una popularidad muy elevada por caracterizar a un usuario de nivel avanzado en su relación con la información, sí genera una gran fidelidad a muchos niveles. Los lectores RSS no son para todo el mundo, no son un producto mayoritario, pero sí son excepcionalmente útiles para aquellos que sabemos sacarles partido.

Para los que tenemos un blog, la eliminación de Reader es un auténtico disparo en la línea de flotación: Reader es la manera en la que muchos de nuestros usuarios más fieles reciben puntualmente la información, uno de los sitios en los que mostramos publicidad, en donde nos enfrentamos a la lectura de fuentes en un formato cómodo que facilita el escaneo rápido de titulares, o donde almacenamos aquello que nos pareció interesante y sobre lo que pensamos escribir posteriormente. Una herramienta que tiendes a mantener abierta en tu navegador en todo momento, que te sirve para ver de un vistazo si tienes poco o mucho por leer, que se introduce en tu rutina diaria y te ayuda a organizar muchísimas cosas.

La evolución de las herramientas en la web ha llevado a que muchas personas se informen ahora a través de redes sociales. Enterarse de noticias a través de Facebook o de Twitter resulta cada vez más habitual. Sin embargo, pensar en sustituir Reader con alguna de estas herramientas supone enfrentarse a un entorno muchísimo menos eficiente, que depende de procesos de descubrimiento social. Frente a disponer de las fuentes en un formato sencillo y accesible inmediatamente, es sencillamente otra cosa: una posibilidad para quienes “se encuentran” con las noticias, pero no para quienes “vamos a buscarlas”. La alternativa de lectores en formato revista, como Flipboard o Zite, se presenta como un interfaz decididamente poco eficiente comparado con el paso rápido por los titulares de una lista con formato homogéneo. Desde hace ya bastantes años recomiendo a mis alumnos el uso de Google Reader para enfrentarse a un entorno de hiperinformación en el que es preciso sistematizar la lectura para lograr un cierto nivel de eficiencia, y no se me ocurre ninguna herramienta que ofrezca algo similar o mínimamente comparable. Algunos, como Feedly, están trabajando para ofrecer una transición a esos usuarios a los que Google está literalmente echando a patadas. Otros mantienen interfaces y filosofías similares. Existe incluso la posibilidad de volver a evocar algunas algunas herramientas que usábamos hace muchos años y que siguen vivas aún. O de plantearse herramientas con posibilidad de cuentas premium (tener modelo de negocio es importante de cara a su sostenibilidad) y que pueden ser instaladas en un servidor propio, como NewsBlur.

Con el cierre de Google Reader, Google muestra su peor cara: la del desprecio absoluto a sus usuarios. La de la empresa de la que jamás te puedes fiar. Algunos ven el cierre como inevitable, pero retirar una herramienta con una base de usuarios tan fiel sin proponer siquiera un reemplazo digno de ser tenido en consideración es una manera de demostrar que esos usuarios te traen completamente sin cuidado, que no te preocupan lo más mínimo. Todo indica que la pretensión de Google es que nos suscribamos a las páginas de las fuentes en Google+ para consumir la información, algo que ni de lejos permite las posibilidades que Reader ofrecía. Un muy mal sustituto. Un desastre para todos los que hacemos del acceso a la información y el consumo de la misma prácticamente un modo de vida.

Llega el momento de las peticiones. De buscar y estudiar alternativas. De comprobar cómo no se puede confiar en un solo proveedor de herramientas. De que te recuerden que las herramientas que usas, incluso aquellas que consideras de verdad valiosas en tu día a día, no son tuyas, y están en manos de empresas que toman decisiones no en función de lo mejor para sus usuarios, sino únicamente de su interés particular. Google perjudica a muchos usuarios con este movimiento, pero le da igual si con ello consigue llevar a algunos de ellos a esa Google+ que se ha convertido en una especie de obsesión. Sí, las redes sociales ofrecen muchas cosas. Pero en el acceso a la información, la vía de lo puramente social diferencia a quienes se informan a través de terceros de quienes preferimos informarnos directamente en las fuentes: dos opciones completamente dignas, sin duda, pero con que definen dos segmentos de usuarios sensiblemente diferentes. El primer segmento puede encontrarse cómodo consumiendo noticias en una red social, pero al segundo le resulta claramente insuficiente. A ese segmento posiblemente minoritario, al de personas con un interés por beber directamente en las fuentes de información, es al que Google acaba de dar la patada al anunciar el cierre de Google Reader.

Las alternativas no son sencillas, pero sí necesarias, al menos para mí. En breve, en cuanto haya podido estudiarlas con algo más de detalle y se me haya pasado el cabreo, volveré a tocar el tema.



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ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.

Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.