13 marzo 2013

Seis avisos y nada nuevo bajo el sol

Comcast copyright alertEl sistema de seis avisos (Six Strikes o Copyright Alert System) que el gobierno de los Estados Unidos ha pedido a los proveedores de acceso a internet que desarrollen, dejándoles libertad sobre cómo hacerlo, empieza a funcionar, y algunos usuarios empiezan a recibir las primeras alertas en correo electrónico o en sus navegadores. La de Comcast que podéis ver en la ilustración es una de ellas. El sistema no toma la forma de una ley, sino simplemente de un “acuerdo voluntario entre la industria de los contenidos y los ISP”.

En el caso de Comcast, las alertas se sucederán de manera progresiva en el navegador del usuario hasta en cuatro ocasiones, tras las cuales surgirá un pop-up persistente que secuestrará el navegador, haciendo imposible su utilización hasta que el usuario contacte telefónicamente con Comcast para resolver el asunto. En otros proveedores de acceso las medidas pueden ser diferentes, pero siguiendo un mismo esquema general: primeros avisos vía correo electrónico o mediante pop-up en el navegador, siguientes avisos con obligación de interacción (visita a un “recurso educacional” sobre propiedad intelectual, llamada telefónica, etc.), para posteriormente pasar a medidas que van desde la ralentización temporal de la conexión hasta la completa cancelación del servicio durante uno o varios días. Nada se sabe de lo que sucederá tras los seis preceptivos avisos. En el medio, todo un desarrollo sobre qué ocurre si consideras que has recibido un aviso de manera errónea (el procedimiento de apelación costará $35 y tendrá una serie de posibles y muy determinadas causas de exención). La idea del sistema no es que te expulse de internet ni que te lleve a los tribunales, sino simplemente que te moleste, pero la ausencia de información sobre lo que ocurre tras el sexto aviso no deja de ser llamativa.

¿Deben los norteamericanos preocuparse con el sistema de seis avisos? Posiblemente no por los efectos directos, pero sí por los indirectos. Lo más peligroso, sin duda, son los precedentes que marca. Por un lado, una regulación privada, un acuerdo entre compañías que, sin necesidad alguna de elevarlo al rango de ley, pasa tranquilamente a poder regular aspectos tales como el nivel de vigilancia que una compañía de telecomunicaciones ejerce sobre sus usuarios. Si eres cliente de alguno de los ISP que participa en el sistema, ya lo sabes: esa compañía está inspeccionando todo lo que haces en la red, violando sistemáticamente tu privacidad y el secreto de las telecomunicaciones. Para muchos, la idea de instalar una VPN no va a venir del hecho de que utilicen su conexión para descargarse nada, sino de su deseo de protegerse de una vigilancia y una monitorización claramente invasiva.

Por otro, la posibilidad de que muchos creadores de malware, virus, phishing y demás artimañas pasen a emplear sistemas de avisos similares para intimidar al usuario y demandar pagos o estafas de todo tipo: el efecto de uno de estos avisos en un usuario inexperto puede sin duda dar lugar a todo tipo de comportamientos que sin esta especie de “estado de excepción” no tendrían por qué tener lugar.

Y por último, pero no por ello menos preocupante, que las excepciones son a posteriori: si tenías permiso para bajarte lo que te bajabas, si estaba sujeto a excepciones como el fair use, si se trata de una confusión en el tipo de archivo o con la cuenta, si ha habido un uso no autorizado por un tercero o si lo que te has descargado es anterior a 1923, son cuestiones que tendrás que explicar después de haber recibido el correspondiente aviso y de pagar los preceptivos $35. Primero el aviso y la sanción, después el ejercicio de tus derechos. The land of the free… yeah, right!

Los Estados Unidos, tras comprobar el patente fracaso del sistema de tres avisos en Francia, atacan con un sistema de seis. Se desconoce si cuando este sistema falle, que lo hará, probarán con uno de doce, con el fin de intentar vencer por agotamiento. Lo que sí es seguro es que la industria del copyright no se detendrá aquí. Por el momento, como gran indicador de su éxito, lo que sí han conseguido es disparar el interés y la contratación de redes privadas virtuales (VPN) y proxies: una red por la que cada vez más usuarios circulamos enmascarados. Lo siguiente será declarar este tipo de herramientas ilegales. Eso sí, seguramente alegando amenazas a la seguridad nacional.



(Enlace a la entrada original - Licencia)

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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.