11 marzo 2013

Los 0.89 euros y la mezquindad

0,89 eurosHablando sobre WhatsApp y su reciente decisión de pasar a cobrar 0,89 euros por su aplicación, me ha sorprendido la proliferación de comentarios que hablan de “un problema en la mentalidad española”, una “demostración de la nula voluntad de los españoles a pagar en internet”, o peor aún, de “la cutrez española” por plantear alternativas ante algo que se solucionaría simplemente pagando una minúscula cantidad de dinero.

Estoy harto de esa mentalidad. Y no me refiero a la de aquellos que no quieren pagar 0,89 euros, sino a la de los que piensan que algún español tiene algún problema para gastarse esa ridícula cantidad de dinero en una app. Harto de quienes piensan que esas pocas monedas suponen de por sí un problema para algún español. Harto de los que afirman que “en España hay más descargas porque somos el país de la picaresca”, o que “los españoles somos cutres por naturaleza”. O, en general, de todos esos que hablan con aires de superioridad y de “ricos de andar por casa” de “el problema español”. No, no es así. España no es diferente a otros países más que en la mentalidad de quienes se dedican a dar mala imagen de su país a nivel internacional y a solicitar “medidas especiales porque España es un país muy especial”. España no tiene un problema de cutrez, lo que tiene es un problema porque algunos españoles son enormemente mezquinos, tienen “complejo de españoles”, y asumen que el resto de los españoles son como ellos.

Las descargas en España no provienen de que “no se quiera pagar”. Provienen de una industria que insulta, de unos directivos que roban, de un enconamiento de las posturas en los medios muy superior a la que ha tenido lugar en otros países, de leyes injustas y de políticos corrompidos por lobbies y que niegan a los ciudadanos la posibilidad de expresar su opinión. Proviene de servicios en los que el catálogo es malo y el precio absurdo, porque la propia industria los boicotea. Ese “efecto Mega” que hace que Francia y España encabecen el ranking de suscripciones a ese servicio no tiene que ver con el “no pagar”, sino con Hadopi y Sinde respectivamente. Es rebeldía, es principio de acción y reacción… es muchas cosas. Pero no mezquindad. Mezquinos son, en realidad, los que lo piensan así.

En la ilustración tienes 0,89 euros. No conozco a ningún español – o a muy pocos – que tengan algún problema para pagar esa cantidad a cambio de prácticamente nada. La idea de que “los españoles huyen de WhatsApp porque ahora hay que pagar 0,89 euros” es absurda y banal, y me genera vergüenza ajena. Vergüenza ajena de aquellos que creen que su país y sus conciudadanos son así. No, no son así. Por más que algunos pretendan hacerlo ver. España es un país normal, con ciudadanos tan buenos o tan malos como los de otros países: buenos y malos en una proporción similar a la que encontrarás en cualquier otro país. Unos más generosos y otros menos, exactamente igual que en otros países. No hay absolutamente nada malo o mezquino en la decisión de no pagar 0,89 euros por WhatsApp. Yo no los pago, y no me avergüenzo de ello. Puede que en España haya personas cutres, pero yo nunca he visto a un español negociando una rebaja con el repartidor de pizzas porque ha llegado diez minutos más tarde de la hora indicada, algo que sí he visto – en varias ocasiones – en los Estados Unidos, sin ir más lejos. Si algún problema había en España era, precisamente, que el español medio tiene un pudor ante lo económico que le impide, por ejemplo, llamar a un servicio y renegociar las condiciones del mismo, algo que es perfectamente normal en otros países y que en España solo ha empezado a suceder hace muy poco tiempo. El problema de España no viene por tener un porcentaje más elevado de personas tacañas de las que hay en otros países: en realidad, viene de que haya muchos españoles que, en lugar de sentirse españoles, vivan con complejo de serlo.

Yo pago por muchas cosas en internet. Pago por servicios de analítica. Por almacenamiento extra. Por infinidad de aplicaciones para infinidad de cosas. Pago por causas a las que apoyo. Pago por Wikipedia. Y no solo eso: también dono mi tiempo a cambio de nada para ayudar a emprendedores, a ONGs, a alumnos, a ex-alumnos o a muchos otros que me contactan sin conoceerlos de nada. No pretendo “cobrarlo todo”, y nunca he tenido problemas para pagar por lo que consumo. No he cobrado jamás por escribir una opinión en mi blog, pero tengo que soportar a cientos de mezquinos que, como ellos venderían hasta a su madre por tres euros, creen (o incluso aseguran) que yo también lo hago todos los días, cuando nunca ha sido así y en diez años nadie ha sido capaz de encontrar a nadie que haya pagado nada por ser mencionado en mi página. Soy, por lo general, bastante insensible al precio que pago por la mayoría de las cosas. Pero no pago por la descarga de una canción, porque tengo un problema de conciencia financiando a los que se llevan ese dinero, que no son precisamente los artistas ni los creadores. Porque tengo un problema con que el dinero que pago sea dedicado por una serie de aprovechados e impresentables a pagar abogados para llevarme a los tribunales (creedme, lo he comprobado – y no solo me llevan a mí, sino también a muchos otros). No pago por WhatsApp (ni lo uso), porque sencillamente es un producto muy malo e inseguro (y no lo digo porque asesore a otra compañía, sino porque objetivamente es así) procedente de una empresa que me parece oscura y poco recomendable. El análisis simplista de “Enrique no paga por descargas o por apps porque es español y los españoles son miserables” me parece que solo revela un problema de quien se atreve a lanzar ese análisis.

No, el español medio no tiene un problema con pagar 0,89 euros. Lo tiene con la sensación de que, con esos 0.89 euros, está pagando por malas prácticas, por mala organización, por un modelo insostenible, por desastres de escalabilidad y seguridad, por una gestión oscura o por emprendedores malos que no merecen ni el apoyo, ni el compromiso. Lo tiene con pagar algo por aquello que no vale nada, y que desarrolla una función para la que hay alternativas mejores. España puede tener un problema de falta de desarrollo del pago por internet o por móvil, pero no porque los españoles sean tacaños o miserables, sino porque muchos no lo han hecho nunca, no han configurado los sistemas necesarios para hacerlo, o se les ha repetido hasta la saciedad desde los medios de información durante años que “eso de poner la tarjeta en internet era pe-li-gro-sí-si-mo porque había un hacker colgado de cada poste de teléfonos”. El problema de España viene de quienes de verdad piensan – y se regodean contándolo por ahí – que sus conciudadanos son tan tacaños que se cambian de app porque hay que pagar 0,89 euros por la que usaban. No, se cambian porque ante un cambio en las condiciones, muchos españoles piensan que es mejor buscar alternativas. No por los ridículos 0,89 euros que nadie se despeina pagando, sino porque saben que existen esas alternativas, y solo se mantenían en la anterior por pura inercia, en lo personal y en lo colectivo.

Hablamos de los mismos que critican a todo lo que sobresale en España, que atacan al que destaca, que descalifican al que triunfa, que insultan a los que emprenden, que califican de aprovechados a quienes proponen alternativas desde su propio país, que ven “comisiones”, “intereses” y “doblez” por todas partes. Que ven en los demás problemas que, en realidad, solo están en sí mismos. Rebélate contra esa asquerosa y tóxica actitud. Si tan poco les gusta esa supuesta (y falsa) “mentalidad española”, que se vayan a otro lado. España no tiene un problema de mezquindad, ni de descargas, ni de nada por el estilo. Los estereotipos de “la picaresca española”, de “el país de Rinconete y Cortadillo” son eso, estereotipos injustos y absurdos. España y los españoles no son mucho mejores que otros países, pero tampoco mucho peor. Y el que va por el mundo diciendo que “es que España es mezquina” solo demuestra una cosa: que proyecta en los demás su, esa sí verdadera, mezquindad.



(Enlace a la entrada original - Licencia)

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