16 abril 2013

Detener el reloj de la historia en beneficio de los intereses particulares de algunos?

From "The past through tomorrow", Robert A. Heinlein (1967)

 

Me lo envía Carlos J. Hidalgo a través de Twitter, es un fragmento de la página 34 de la edición española, titulada “Historia del futuro – I“, de The past through tomorrow (1967), una recopilación de relatos cortos de Robert A. Heinlein, considerado por algunos como uno de los tres mejores escritores de ciencia-ficción de todos los tiempos. Este fragmento en concreto pertenece a Life-line, el primer relato corto publicado por Heinlein en 1939, en el que narra cómo un profesor construye una máquina capaz de predecir cuánto va a vivir una persona, y provoca con ello una fortísima crisis en la industria de los seguros de vida, cuya patronal decide llevarlo ante los tribunales.

La parte relevante de la cita en versión original dice así (y copio la traducción también por eso de que indexe):

 

There has grown in the minds of certain groups in this country the idea that just because a man or corporation has made a profit out of the public for a number of years, the government and the courts are charged with guaranteeing such a profit in the future, even in the face of changing circumstances and contrary to public interest. This strange doctrine is supported by neither statute or common law. Neither corporations or individuals have the right to come into court and ask that the clock of history be stopped, or turned back.”

“Es un sentimiento creciente entre algunos grupos de este país la noción de que cuando un hombre o una compañía han sacado un beneficio del público durante un cierto número de años, el gobierno y los tribunales tienen el deber de salvaguardar esos beneficios en el futuro, incluso frente a circunstancias de cambio y contra el interés público. Esta extraña doctrina no se halla apoyada por la Constitución ni por las leyes vigentes. Ni los individuos ni las corporaciones tienen el menor derecho de acudir a los tribunales y exigir que el reloj de la historia sea detenido, o retrasado, en beneficio particular suyo.”

 

La cita ha sido utilizada en algunas ocasiones en el contexto de discusiones sobre los derechos de propiedad intelectual, y resulta verdaderamente inspiradora. Cuánto daríamos porque muchos políticos viesen las cosas con la meridiana claridad y raciocinio con la que las veía el juez de la novela de Heinlein allá por 1939…



(Enlace a la entrada original - Licencia)

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